El huracán Earl, de categoría 4, prosigue su camino hacia la costa este de Estados Unidos, desde Carolina del Norte, después de provocar fuertes vientos, lluvias y olas en Puerto Rico y las islas del noreste del Caribe, según ha informado el Centro Nacional de Huracanes norteamericano.

El director del Centro, Bill Read, ha reconocido en rueda de prensa que cualquier desviación en la trayectoria de la tormenta hacia el oeste supondría una amenaza para zonas de costa. "Un pequeño error de cien millas en la dirección equivocada podría provocar un impacto diferente", ha explicado Read, en alusión a potenciales evacuaciones.

El responsable de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), Craig Fugate, también ha alertado de posibles evacuaciones en zonas pobladas, aunque al igual que Read lo enmarcó en un hipotético cambio de rumbo del huracán.

CASI DE MÁXIMA CATEGORÍA

Earl ha llegado a soplar con vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora y los meteorólogos calculan que no llegará a alcanzar, por escaso margen, la máxima categoría en la escala de Saffir-Simpson.

A las 17.00 horas (hora peninsular en España), el huracán se encontraba 335 kilómetros al este de la isla Gran Turca, perteneciente al archipiélago británico de Turcas y Caicos, y a 1.725 kilómetros al sur-sureste del cabo Hatteras, en Carolina del Norte.

El gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuno, ha declarado que el archipiélago había sido "bastante afortunado", ya que no recibió un "impacto directo" de Earl. En este sentido, subrayó que su paso por la zona "no fue tan grave como podía haber sido".

TORMENTA TROPICAL 'FIONA'

Junto a Earl, la zona del Caribe también observa con atención la evolución de la tormenta tropical Fiona, cuyo curso es similar al del huracán de categoría 4. A las 17.00 horas (hora peninsular española), Fiona se encontraba 705 kilómetros al este de las islas Leeward y las previsiones anticipan que toque la zona noreste de dicho archipiélago a lo largo del miércoles.

Esta tormenta, que soplaba este martes con vientos de 65 kilómetros por hora, se desplaza a una velocidad mayor a la de Earl, lo que podría causarle su propia desaparición si se acerca demasiado a la zona de acción del huracán.