El mapa energético regional mostró ayer otro punto de tensión después de que el Gobierno ecuatoriano anuló el contrato con la petrolera norteamericana Occidental (Oxy) y, desde Washington, se replicó con la suspensión unilateral de las negociaciones para firmar el Tratado de Libre Comercio (TLC). "Esto es una sanción, un chantaje inaceptable", dijo al respecto el ministro de Interior ecuatoriano, Felipe de la Vega.

La Oxy es una de las principales inversoras en Ecuador y explota a diario unos 100.000 barriles de crudo en la región amazónica. La empresa había sido denunciada ante la justicia por haber violado el acuerdo de explotación al vender sin autorización del Estado el 40% de sus acciones a la canadiense Encana, que ahora es propiedad de la china Andes Petroleum. Esa transferencia, detonadora de un juicio que duró 21 meses y en el que se basó la medida del Gobierno, fue declarada nula. Según la ley de hidrocarburos ecuatoriana, una vez caducado el contrato, Oxy está obligada a traspasar sus yacimientos y maquinaria a la estatal Petroecuador.

El Gobierno de George Bush calificó esa acción de "confiscatoria". El subsecretario adjunto del Departamento de Estado de EEUU, Charles Shapiro, advirtió a su vez de que la Oxy puede recurrir a los mecanismos establecidos en el Tratado Bilateral de Inversiones para revertirla. "Acá no hay confiscación, sino una empresa que no ha cumplido con la ley, y los jueces que corresponden han definido que eso conduce a declarar la caducidad", dijo el ministro de Economía, Diego Borja.

En declaraciones al canal Uno de TV, Vega, su colega de Interior, sostuvo que, "si los señores cierran las posibilidades de seguir con el TLC, pues podemos mirar a Europa". A su criterio, lo ocurrido supone "una lección" para Washington, ya que Ecuador "no corre geopolíticamente detrás de nadie ni está alineado con ningún país en concreto".

El presidente de la Cámara de Industriales ecuatoriana, Patricio Donoso, expresó otra opinión. A su criterio, Palacio fue presionado por "los mal llamados movimientos sociales que se oponían a la Oxy y al TLC", especialmente los sectores indígenas. Como tuvo "miedo de caerse", anuló el contrato. Lo ocurrido con Oxy, dijo, "se utilizó como pretexto" para liquidar un acuerdo bilateral "a todas luces conveniente". Según Donoso, el presidente "nos engañó y no tuvo la valentía de decirnos que no quería suscribir el acuerdo".

ARMA DE DOBLE FILO El diario El Universo señaló que el camino adoptado por el Gobierno le permitirá "disfrutar, al menos por un periodo, de una boyante situación fiscal" al quedarse con la renta petrolera. Pero la reacción de EEUU, así como "el nerviosismo que todo esto ha provocado en otros países y en los mercados internacionales, podrían afectar también a la inversión nacional y extranjera", añadió.