Estados Unidos está rebajando expectativas y ambiciones respecto a Irak y empieza a reconocer que sus previsiones no fueron realistas. En declaraciones desde el anonimato al periódico The Washington Post , miembros del Gobierno han reconocido los fallos 28 meses después del inicio de una posguerra desastrosa.

"Queríamos establecer una democracia, pero nos damos cuenta de que tendremos una república islámica", declaró al diario un integrante de la Administración de George Bush. "Lo que esperábamos lograr nunca fue realista, teniendo en cuenta el calendario y lo que ocurrió sobre el terreno", señaló una persona relacionada con la política iraquí desde la invasión.

Irak, con seis millones de habitantes, registra índices de paro de hasta el 65%, los problemas en el suministro eléctrico dejan a la población sin luz durante días y la producción de petróleo no ha alcanzado los niveles esperados. Las milicias de origen étnico o religioso aterrorizan al país; los asesinatos de miembros de la fuerzas de seguridad iraquís se han triplicado desde enero; los atentados han matado desde abril a unos 4.000 civiles y las tropas de EEUU siguen sumando bajas. Entre el viernes y el domingo murieron seis soldados.