El secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, confirmó ayer la existencia de "contactos" entre el Gobierno iraquí y los insurgentes. La confirmación se produjo en un día en el que la población civil iraquí volvió a ser blanco de la violencia, con al menos 42 muertos en varios ataques.

"La tarea es tener a todo el mundo moviéndose en la dirección adecuada para lograr el apoyo del Gobierno", dijo Rumsfeld a la BBC.

Entretanto, la violencia sigue sin detenerse. Un ataque suicida acabó con la vida de 22 personas en Kirkuk, al norte del país. La mayoría de los fallecidos eran funcionarios y jubilados que esperaban cobrar sus salarios y pensiones a la puerta de un banco en el centro de la ciudad. Entre las víctimas también hubo niños.

Las fuerzas de seguridad dijeron ayer que un hombre con 30 kilos de explosivos adosados a su cuerpo se inmoló junto a los civiles. Varios testigos, no obstante, apuntaron que el objetivo fue una patrulla policial.

La ola de violencia se produjo horas antes de que el Parlamento kurdo confirmara al antiguo guerrillero Masud Barzani como primer presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí.