La guerra no ha acabado". Lo que Irak lleva semanas sufriendo lo confirmó el jueves el teniente general David D. McKiernan, máximo responsable de las tropas estadounidenses en el país, que anunció una nueva fase de operaciones militares. Esta se iniciará con la movilización de unidades de la Tercera División de Infantería, que combatirán a grupos de resistencia, responsables de las últimas cinco muertes de soldados estadounidenses ocurridas en una semana.

"No son un nuevo movimiento político", dijo McKiernan negando cualquier valor organizativo a esos grupos. "(Sus acciones) no son actividades criminales, sino de combatientes. Vamos a responder aplicando todos los recursos disponibles", añadió.

Aunque los combatientes leales a Sadam Husein son los principales componentes de esos grupos de resistencia, las fuerzas de ocupación han comprobado también el descontento creciente de grupos étnicos y religiosos, algunos de los cuales están empezando a llamar a los ataques contra "los invasores". Según Washington, otra parte importante de esos resistentes llegan de Irán.

En un mensaje emitido desde la emisora anglo-estadounidense en Bagdad se aseguró también que "fundamentalistas bajo mando extranjero han entrado en Irak con intenciones agresivas". Kamal Kharazi, ministro de Exteriores iraní, desestimó las acusaciones como "totalmente falsas" y acusó a Washington de despojar a los iraquís de sus derechos.

Otra polémica en Irak sigue creciendo. El primer ministro británico, Tony Blair, tuvo que defenderse de las informaciones que aseguraban que se fabricaron pruebas sobre las armas de destrucción masiva para justificar el ataque a Irak, algo que calificó de "totalmente absurdo". Sin embargo, las declaraciones del subsecretario de Defensa de EEUU, Paul Wolfowitz, afirmando que "por razones burocráticas" se recurrió al argumento de esas armas para desencadenar la guerra han vuelto a avivar el escándalo.

Tratando de sacar hierro a la polémica, el Pentágono anunció un "significativo incremento" de los esfuerzos para encontrar esas armas de destrucción masiva. Londres tiene además otro frente abierto. El Ministerio de Defensa británico está investigando si prisioneros iraquís han sido objeto de torturas por parte de las tropas del Reino Unido desplegadas en Irak. La investigación ha quedado abierta después de que un soldado británico que participó en la guerra fuera detenido cuando llevó a revelar unas fotos en las que supuestamente se ven escenas de malos tratos.