El Ejército de EEUU informó ayer de que había lanzado un bombardeo aéreo contra la ciudad de Samarra --en el triángulo suní, a 125 kilómetros al norte de Bagdad--, en el que se descargaron "bombas de unos 230 kilos" que dieron muerte a "más de 50 insurgentes", en el marco de una operación militar destinada a "asegurar la libertad de movimientos de los ciudadanos iraquís e impedir que el enemigo tenga una guarida en la región".

En cambio, fuentes médicas revelaron que al hospital de Samarra llegaron durante la mañana 45 cadáveres, entre ellos los de 2 niños y 3 mujeres, y que entre los muertos estaban los 8 miembros de una sola familia. El doctor Alí Janum, del Ministerio de Sanidad, también explicó que entre las 87 personas que fueron heridas por el bombardeo figuraban "muchos niños y mujeres".

Los aviones de EEUU bombardearon mientras los insurgentes sunís libraban intensos combates contra las fuerzas policiales, que sufrieron tres muertos y cuyo cuartel general, a la entrada de la ciudad, resultó dañado por disparos de granadas antitanque. Unos cuarenta edificios, incluidos locales del partido del primer ministro, Iyad Alaui, y sedes municipales, fueron destruidos durante la revuelta.

EEUU también bombardeó Faluya, principal reducto de la insurrección suní, después de una emboscada contra los marines en las afueras de esa ciudad.