La Casa Blanca indicó hoy que la búsqueda de un "zar de la guerra", un nuevo cargo dentro del Consejo de Seguridad Nacional, para supervisar los conflictos en Irak y Afganistán, es sólo un proyecto en ciernes y se contemplan otras opciones. El nuevo cargo tendría el cometido de coordinar las políticas con el Pentágono y el Departamento de Estado, de manera que todas las agencias hablen con una sola voz en torno a ambos conflictos bélicos. Pero, según informó hoy el diario "The Washington Post", al menos tres generales jubilados de cuatro estrellas contactados por la Casa Blanca en semanas recientes han rechazado la oferta para asumir ese cargo.

Uno de esos generales, John Sheehan, jubilado de la Infantería de Marina y ex comandante estadounidense en la OTAN, dijo al diario que "lo fundamental acá es que (los militares) no saben a dónde demonios van", al referirse a la evolución del conflicto en Irak. Sin embargo, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, dijo hoy a los periodistas que las autoridades sopesan varias opciones tras la renuncia reciente de Meghan O'Sullivan, la funcionaria de mayor rango para Irak y Afganistán dentro del Consejo de Seguridad Nacional. "No hay una descripción de trabajo (para el nuevo cargo). Insisto, (la creación del cargo) está en sus etapas tempranas", explicó Perino.

Según el diario, Sheehan dijo que las políticas de línea dura del vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, continúan dominando la política de Estados Unidos respecto a Irak, sin buscar una salida viable al conflicto. Los generales Jack Keane, jubilado del Ejército, y Joseph Ralston, jubilado de la Fuerza Aérea, también rechazaron la oferta de la Casa Blanca, dijeron fuentes anónimas al "Washington Post".

Estados Unidos ya cuenta con un "zar" para la lucha antidrogas, y otro para la coordinación de las agencias de inteligencia, tras los fracasos que permitieron los ataques del 11 de septiembre de 2001. La búsqueda de la Casa Blanca se produce en momentos en que, según una encuesta de la revista "Newsweek", la mayoría de los estadounidenses favorece la idea de los demócratas de iniciar un repliegue paulatino de las tropas en Irak.