La policía detuvo a 595 extranjeros sin papeles que trabajaban en una empresa de la localidad de Laurel, en el estado de Misisipí, en la mayor operación contra la inmigración ilegal llevado a cabo en Estados Unidos. Los arrestados proceden de siete países latinoamericanos y de Alemania, según informó la portavoz de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo de EEUU (ICE, en sus siglas en inglés), Bárbara González.

Un centenar de arrestadas, madres con hijos pequeños, fueron puestas en libertad "por razones humanitarias", aunque deberán presentarse la próxima semana ante un juez que determinará si serán o no deportadas a su país. El resto de detenidos fueron conducidos hasta la cárcel.