Ya lo decía Barack Obama el jueves por la tarde. "Es una amenaza terrorista creíble". Pasaron las horas y la amenaza cobró cuerpo y ahora ya tiene nombre y apellidos. La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dijo ayer que los dos paquetes localizados en sendos aviones de carga en Reino Unido y Dubái que tenían como destino dos sinagogas de Chicago llevaban el sello indiscutible de Al Qaeda. En el Reino Unido, la ministra del Interior, Theresa May, certificó que el paquete sospechoso procedente de Yemen, hallado en un avión de carga estadounidense de la compañía UPS, era una bomba y hubiera destruido el aparato en pleno vuelo.

"Tiene todas las huellas de Al Qaeda en la Península Arábiga", afirmó Napolitano poco después de que la policía de Dubái confirmara que el paquete bomba descubierto en su país contenía pentrita, el mismo explosivo con el que el terrorista nigeriano Omar Abdul Faruk Mutalab intentó causar otra carnicería el día de Navidad en un avión en pleno vuelo en Detroit, un atentado fallido planeado desde Yemen.

COMPUESTOS QUIMICOS No es el único explosivo identificado hasta ahora en los cartuchos de impresora con los que pretendían atentar. La policía encontró también restos de azida de plomo, uno de los compuestos químicos más usados para fabricar detonadores. "El paquete estaba preparado con mucha profesionalidad: un circuito cerrado conectado a una tarjeta SIM de teléfono escondida en el interior del cartucho".

Ayer se supo que los servicios secretos saudís fueron los primeros en dar el chivatazo a la CIA sobre un plan para atentar en EEUU con explosivos enviados desde Saná. Confirmados los peores pronósticos, ahora se buscan otros sobres y cajas llegados en los últimos días desde Yemen.

Obama continuó ayer volcado en la recta final de la campaña de las legislativas del martes con paradas en Filadelfia, Bridgeport y Chicago, pero siguió recibiendo informes actualizados de sus asesores y además habló con el rey Abdulá y agradeció por teléfono al primer ministro británico, Jamen Cameron, los esfuerzos conjuntos de sus servicios de espionaje para evitar que la cosa fuera a mayores.

Ya dejó claro en su mensaje del jueves que EEUU seguirá "vigilante" y cooperando con Yemen para "destruir" a los terroristas de Al Qaeda en la Península Arábiga. "Continuaremos nuestros esfuerzos para lograr un Yemen más próspero, estable y seguro que impida a los terroristas tener el tiempo y el espacio que necesitan para planear atentados dentro de sus fronteras". Por su parte, la ministra del Interior británico, Theresa May, dibujó un inquietante panorama caso de que la bomba hubiera estallado. "El objetivo pudo haber sido el avión y de haber sido detonado, el avión podría haberse estrellado", declaró la ministra, poco después de presidir una segunda reunión del Comité de Emergencia, COBRA. "No creemos que quienes llevaron a cabo el ataque supieran el lugar en que estaba previsto que estallara", dijo May.

El hecho de que la bomba, alojada en un cartucho de tinta de una impresora, se hubiera localizado gracias a la información de los servicios secretos pondría al descubierto un preocupante fallo en los controles de seguridad del transporte de mercancías en los aviones de carga.

Los vuelos de pasajeros y de carga con Yemen están suspendidos desde enero por razones de seguridad.