Todo EEUU aguarda hoy con la respiración contenida el boicot al trabajo, a las compras y a la asistencia a las escuelas con el que unos 12 millones de inmigrantes sin papeles, en su mayoría hispanos, intentan demostrar su peso específico en la economía estadounidense y forzar al Congreso a lanzar una reforma de las leyes de inmigración que les abra la puerta a la regularización. "Va a ser masivo, vamos a movilizar a millones de personas", dijo Juan José Gutiérrez, director de Latino Movement USA.

"Habrá de 2 a 3 millones de personas que se echarán a la calle sólo en Los Angeles, y vamos a paralizar, no sólo esa ciudad, sino también Chicago, Nueva York, Tucson, Phoenix y Fresno", apostó el sindicalista Jorge Rodríguez. Sin embargo, no todo el mundo estaba ayer tan convencido de que el Día Nacional sin Inmigrantes se traduzca en un paro completo de los sin papeles . "Lo que va a pasar es impredecible", opinó Harley Shaiken, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de California, en Berkeley.

SIN DERECHOS Tras una oleada de manifestaciones en abril, que llenaron las calles de las ciudades estadounidenses con millones de inmigrantes sin papeles, en su mayoría hispanos, el boicot de hoy es un paso más destinado a dejar clara la enorme contribución económica y cultural que aportan a sus comunidades. A pesar de que carecen de todos los derechos, hace casi diez años las estimaciones más conservadoras cifraban ya en cerca de 133.000 millones de dólares (unos 105.070 millones de euros) en impuestos directos la enorme aportación de los inmigrantes sin papeles a las arcas locales, estatales y federales.

"Lo que une a todo el mundo que se sume al boicot el 1º de mayo es el deseo de que se vea claramente lo que quieren", comentó Shaiken. "Este día podría ser finalmente el lanzamiento para el avance de nuestra gente", añadió Mahonry Hidalgo, director del comité de inmigración de la Alianza para el Liderazgo Latino de Nueva Jersey.

Docenas de actos de protesta, marchas, vigilias y mítines estaban también planeados por todo el país para coincidir y complementar al boicot, lo que obligó a las autoridades locales a efectuar grandes preparativos. En Los Angeles, el comisario adjunto de policía, George Gascon, adelantó que preveían que se manifestasen hasta 500.000 personas. El alcalde de la ciudad, Antonio Villaraigosa, conocido paladín de los derechos de los inmigrantes, hizo votos para que las protestas fueran "legales y respetuosas".

RESOLUCION ESTATAL La legislatura estatal aprobó el jueves una resolución reconociendo que el Gran Boicot Americano del 2006 ayudará a que los estadounidenses comprendan las aportaciones de los inmigrantes. En los estados de Nueva Jersey, Rhode Island y Pensilvania están previstas marchas multitudinarias hasta las legislaturas locales para exigir que se regularice a los ilegales, mientras que en la ciudad de Nueva York, la Coalición 1º de Mayo ha organizado una manifestación en el centro de la ciudad con el mismo objetivo, respaldado por un 77% de los estadounidenses, según un sondeo elaborado por la CNN.

Para curarse en salud, muchas de las grandes empresas del país que emplean sin papeles anunciaron que hoy permanecerían cerradas, como Tyson Foods Inc., primer productor mundial de carne, Gallo Wines de Sonoma Valley o Purdue Farms, que cerrará 6 de sus 14 criaderos de aves. Por su parte, la conferencia episcopal católica anunció que no respaldaría el paro y animó a los ilegales a acudir a sus trabajos y, una vez concluidos, a efectuar actos de protesta alternativos, como ir a misa.