El protectorado que el general estadounidense Jay Garner va tejiendo en Irak sobre los restos del régimen de Sadam Husein tendrá una nada despreciable fuente de financiación en el petróleo iraquí, que será gestionado por una compañía estadounidense, según reveló ayer The Wall Street Journal .

La Administración de George Bush pretende dirigir la explotación petrolera iraquí mediante la creación de una gran empresa norteamericana, con un jefe ejecutivo y un equipo de dirección que rinda cuentas a EEUU.

NEGOCIO EN EXCLUSIVA

Esta estructura, que no deja papel alguno a la intervención de la ONU o de cualquier otro país, sustituirá, al menos durante el periodo de transición, al Ministerio iraquí del Petróleo. De hecho, el máximo responsable ejecutivo tendrá las atribuciones del ministro del Petróleo. Para el cargo, el Gobierno estadounidense ha pensado en el exjefe ejecutivo de la Shell Oil, Philip J. Carroll. El presidente del llamado consejo asesor de la compañía tendrá un vicepresidente iraquí para el que hay nombre, según el Journal : Fadhil Othman, que ocupó altos cargos en la industria petrolera iraquí antes de que Sadam asumiera el poder en 1979.

El proyecto, polémico porque cede en exclusiva al Gobierno de ocupación de Garner todos los poderes para explotar el crudo iraquí, está previsto que se presente la próxima semana. La cadena de mando queda meridianamente clara: los ejecutivos de la industria petrolera rendirán cuentas al consejo ejecutivo y éste lo hará ante el virrey Garner, que será, en definitiva, quien decida cuánto petróleo se extrae y a qué se destinan los beneficios.

ASESORES IRAQUIS

La Oficina de Reconstrucción y Asistencia Humanitaria que dirige Garner tan sólo reservará puestos de asesoría a los iraquís, que tendrán un papel secundario en la multinacional petrolera.

Para tratar de conjurar un previsible enojo de los iraquís afines a Estados Unidos, el proyecto de Bush estipula que este gran consorcio evolucione hacia la más tradicional estructura de Ministerio del Petróleo una vez el Gobierno provisional tome posesión. Quedarán así definitivamente enterrados los años en que Sadam se encargó de la nacionalización del petróleo y transfirió su explotación a empresas francesas y rusas, dejando a Estados Unidos fuera del codiciado pastel petrolero.

La reconstrucción de Irak en el sector petrolero ya ha logrado algunos objetivos, todavía modestos, como reconoció ayer el general Carl Strock, uno de los asistentes del virrey Garner. Strock precisó que de los campos iraquís se extraen ya 175.000 barriles de petróleo diarios. Fuentes de EEUU aventuraron que el país puede producir 800.000 barriles diarios antes de nueve semanas.