"Aunque ha sufrido reveses significativos en el 2009 y la amenaza que representa es más dispersa ... ha dejado patente que se adapta y que sus ganas de atentar contra EEUU siguen siendo grandes". Se trata de una de las principales conclusiones a las que ha llegado el Departamento de Estado de EEUU sobre Al Qaeda en su informe anual sobre terrorismo, en el que reconoce que el fortalecimiento de la red de Osama bin Laden en Pakistán representa la mayor amenaza para la paz y la estabilidad mundial.

Este año el Departamento reconoce también estar preocupado por la expansión de los colaboradores de Al Qaeda en Africa, en especial en el Magreb, donde el año pasado secuestraron a extranjeros (mención expresa a los tres cooperantes catalanes raptados en Mauritania) y advierte que en algunos países los líderes tribales fieles a Bin Laden controlan extensas partes de su territorio. Eso sí, destaca que Al Qaeda ha ido perdiendo apoyos en la comunidad musulmana por sus ataques en Irak, Argelia o Indonesia.

EN CASA Washington constata la creciente amenaza que vive en su propia casa con nuevos casos de estadounidenses que terminan convirtiéndose en células activas de organizaciones terroristas. Menciona el caso del mayor Nidal Hasan, responsable de la matanza en la base militar de Fort Hood, o el de Omar Faruk Abdul Mutalab, el terrorista que intentó volar un avión el día de Navidad y fue reducido por los pasajeros de la nave.

Por lo demás parecía que en el Departamento de Estado veían ayer motivos suficientes para estar de celebración, ya que por cuarto año consecutivo constataron un importante descenso en el número de ataques terroristas perpetrados en el mundo. Cuando el año pasado la Administración de Obama anunció el levantamiento de las restricciones de viaje a los cubanoamericanos, la Casa Blanca pidió a cambio "gestos" por parte de la isla para distender las complicadas relaciones bilaterales, pero el régimen de Raúl Castro respondió que no correspondía a Cuba sino a EEUU seguir dando pasos para facilitar el entendimiento entre ambos países. Uno de los gestos mencionados era retirar a Cuba de la "infame" lista de patrocinadores del terrorismo. No debería causar sorpresa teniendo en cuenta la historia de las relaciones entre Washington y La Habana, pero un año más el Departamento de Estado ha vuelto a incluir a Cuba en el cuarteto de patrocinadores del terrorismo junto a Siria, Sudán e Irán.

En cuanto a España, el Departamento de Estado agradece que siga cooperando de cerca con EEUU en la lucha contra el terrorismo, pero insiste un año más en denunciar que el país continúa siendo una importante base logística para organizaciones terroristas que operan en Europa Occidental. Por otro lado, el informe destaca el apoyo del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero a la nueva estrategia de la Casa Blanca en Afganistán con el envío de más tropas españolas.

Capítulo aparte merece Venezuela, que vuelve a estar incluido en la lista de países que no cooperan plenamente en la lucha contra el terrorismo.