Casi dos semanas después de la captura de Sadam Husein, la situación sigue siendo crítica en Irak. El Ejército de EEUU continúa enfrascado en una amplia ofensiva contra la resistencia, que ayer llevó a la detención de al menos cuatro personas supuestamente relacionadas con el fugitivo más buscado ahora, Izzat Ibrahim al Duri, mientras la guerrilla contesta con ataques a colaboradores de las fuerzas de ocupación y sabotajes. De forma cada vez más notoria, los ajustes de cuentas entre las etnias que forman Irak caldean el frío invierno del país.

Apresado el as de picas de la famosa baraja --Sadam-- queda el seis de picas --Al Duri, número dos del antiguo régimen-- sobre cuya cabeza pende una recompensa de 10 millones de dólares (poco más de 8 millones de euros, más de 1.330 millones de pesetas). Por eso, la detención ayer en Baquba, en pleno triángulo suní, de tres islamistas, y en Mosul de un influyente jefe tribal, todos ellos acusados de ser estrechos colaboradores de Al Duri, hace albergar esperanzas a las fuerzas ocupantes de que la captura del número dos de Sadam puede estar cerca. Según el teniente coronel William Adamson, al mando de la operación, los tres detenidos tienen múltiples contactos.

EXTRANJEROS Además, según Adamson, la detención de estas personas --de los que no se proporcionó la nacionalidad-- puede dar información sobre vínculos entre los sadamistas y los islamistas extranjeros que supuestamente acuden a Irak para atacar a las fuerzas estadounidenses. En esta línea, el Ejército detuvo en Kirkuk a 20 supuestos miembros del grupo Gamaa Islamiya, relacionado con la organización Ansar al Islam, considerada la sucursal de Al Qaeda en el norte de Irak. También en Kirkuk, otras 16 personas fueron detenidas acusadas de perpetrar ataques contra las fuerzas ocupantes. Acosada por el Ejército, la resistencia ha optado en las últimas semanas por los sabotajes y por golpear a colaboradores de los ocupantes. El lunes por la noche, Youssef Joshi, un juez responsable de investigar acciones criminales en Mosul, fue asesinado en esta ciudad, situada a 400 kilómetros de Bagdad.

SEIS TIROS El juez fue abatido tras recibir seis tiros por la espalda desde un coche. Este ataque se une a los que han sufrido policías, jueces, empresarios y funcionarios del sector petrolífero, así como a las tensiones y los ajustes de cuentas entre etnias y partidos políticos. Ayer, el hijo de Abdulaziz al Hakim, el líder shií que preside ahora el Consejo de Gobierno Iraquí, informó de que el lunes fue desactivado un explosivo en casa de su padre. Desde la captura de Sadam, al menos cuatro miembros del partido Baaz han sido asesinados.