Son una plaga en aumento. Las milicias armadas ultraderechistas han ido ganando poco a poco terreno en EEUU. En una redada este fin de semana en tres estados del centro del país, el FBI arrestó a nueve miembros de un grupo extremista cristiano acusados de planear ataques contra policías y funcionarios. Los detenidos, cuatro de ellos de una misma familia, fueron puestos ayer a disposición de un juez de Detroit después de que la fiscalía presentara cargos en su contra por conspirar para "hacer la guerra contra EEUU" y para utilizar armas de destrucción masiva, por dar entrenamiento en el uso de explosivos y por oponerse por la fuerza al Gobierno, entre otros delitos.

Todos ellos forman parte de la organización ultracristiana Hutaree. Uno de ellos, Kristopher Sickles, convocó el año pasado a través de YouTube una "toma de Washington" con al menos un millón de milicianos armados.

Estas células de extrema derecha se triplicaron el año pasado al calor de la llegada del primer presidente negro a la Casa Blanca, pasando de 149 grupos en activo en el 2008 a 512 el año pasado, según la organización Southern Poverty Law Center.