Las autoridades de inmigración de Estados Unidos devolvieron ayer a Cuba a los 15 pasajeros de un barco de la compañía GeoCuba que fue desviado hace una semana desde la zona de Nuevitas, provincia de Camagüey, a las Bahamas, y que después puso rumbo a Florida, en cuyas aguas fue interceptado por lanchas guardacostas de EEUU.

El desenlace de este caso, sobre el que hubo dudas de si se trató de un secuestro o del robo del barco, permite suponer que las autoridades estadounidenses y las cubanas han llegado a un acuerdo, ya que en La Habana se han comprometido a que ninguno de ellos será condenado a más de 10 años de prisión.

El Gobierno de Cuba "teniendo en cuenta las circunstancias excepcionales de este caso, intentará limitar la sanciones a un máximo de 10 años de cárcel", dice el comunicado. El documento añade que "los culpables no serán castigados por su salida ilegal de la isla" y se felicita por el acuerdo alcanzado con EEUU, ya que "constituye una estimable contribución de parte de las autoridades estadounidenses en la lucha contra el desvío de aviones y embarcaciones con violencia para emigrar ilegalmente de la isla".

PRECEDENTE SANGRIENTO

El pasado abril, los tres responsables del secuestro con violencia de un transbordador con pasajeros fueron ejecutados, hecho que desató una ola de críticas en todo el mundo contra el régimen cubano. La semana pasada, en La Coloma, tres hombres se suicidaron al no conseguir huir en el pesquero que secuestraron.

El grupo de cubanos fue transportado ayer al puerto de Orozco, en la provincia de Pinar del Río.