Los responsables del Pentágono debatieron ayer si muestran las "horrorosas" fotografías de los cuerpos carbonizados de Udai y Qusai Husein, muertos el lunes en una operación militar en Mosul de la que se conocieron más detalles y a la que por primera vez se refirió el presidente estadounidense, George Bush. Flanqueado por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el administrador de Irak, Paul Bremer, Bush compareció en la Casa Blanca para afirmar que la muerte de los hijos de Sadam demuestra que "el antiguo régimen se ha ido y no volverá", y que ello debería dar tranquilidad a los iraquís.

"Las fotos son sin duda horrorosas, pero debemos mostrarlas", subrayó ayer una fuente del Ministerio de Defensa, que señaló que el objetivo sería convencer a los iraquís de que los hijos del dictador realmente están muertos. La misma fuente indicó que las caras de Udai y Qusai son reconocibles en las imágenes, pese a que "están muy mal".

RESISTENCIA "TENAZ"

Udai y Qusai murieron atrincherados en una casa de Mosul tras una "feroz batalla" con armas pesadas que se alargó cuatro horas, durante las cuales opusieron una "tenaz resistencia" a su arresto, según el relato del jefe del Ejército de Tierra de EEUU, el general Ricardo Sánchez. Sus cuerpos quedaron carbonizados y, según el general Sánchez, fueron identificados gracias a unas radiografías dentales y rayos X.

El secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz, sugirió la conveniencia de difundir las fotos de Udai y Qusai "dado el nivel increíble de sospecha y paranoia que hay en la zona". Wolfowitz, uno de los halcones del Pentágono, consideró que la muerte de los hijos de Sadam servirá para "ayudar a levantar la manta de miedo que tiene aún el pueblo".

También para Bush, la muerte de Udai y Qusai debería ser la garantía definitiva para el pueblo iraquí de que la dictadura no va a volver. El presidente estadounidense se refirió a Udai y Qusai como "dos de los principales secuaces del régimen, responsables de las torturas, mutilaciones y asesinatos de incontables iraquís".

La muerte de Udai y Qusai es para EEUU la mejor noticia en los más de tres meses de caótica posguerra. Pero los responsables del Pentágono debieron responder ya a preguntas sobre por qué se decidió asaltar la casa en vez de tratar de capturar vivos a los hijos de Sadam, puesto que podrían haber facilitado valiosas informaciones. "La clave del éxito es la rapidez y el secreto", dijo Wolfowitz para justificar el ataque.

EXPLICACION DETALLADA

Durante su comparecencia, el general Sánchez hizo un relato pormenorizado de la ofensiva en Mosul, que empezó a gestarse el lunes tras recibir un chivatazo sobre la presencia de Udai y Qusai en una casa del norte iraquí. La operación como tal empezó a las 10 de la mañana del martes con el cerco a la vivienda y la invitación a sus ocupantes a entregrarse y acabó a las 2 del mediodía, con la entrada en la casa de las fuerzas estadounidenses, donde, en el segundo piso, fueron hallados cuatro cuerpos: Udai, Qusai, un hijo de este último de 14 años, y un guardaespaldas.

En la ofensiva participaron 200 soldados, que protagonizaron dos intentos frustrados de tomar la casa. El primero, a los 10 minutos de iniciarse la operación, y el segundo a las 12 del mediodía.