La Marina estadounidense inició ayer el despliegue desde California de siete navíos con casi 10.000 marines a bordo, que pondrán rumbo a la región del golfo Pérsico. Fuentes del Pentágono, citadas por la cadena de televisión CNN, admitieron que al menos otros dos portaviones se encaminarán hacia las aguas del Golfo esta misma semana. El nuevo despliegue de efectivos colocará en torno a Irak a seis grupos navales, el mismo número con que contó la Administración de EEUU para lanzar su ataque contra Irak en 1991.

El Pentágono confirmó que la movilización de esas tropas forma parte de un plan para el refuerzo de tropas "de manera gradual e ininterrumpida" y que nada tiene que ver con el hallazgo de 11 cabezas de misiles en Irak.

ORDENES DE DESTINO

A fecha de hoy, EEUU cuenta con el portaviones Harry S. Truman , en el Mediterráneo, y el Constellation, en el Golfo. Los grupos navales encabezados por el Kitty Hawk, el Abraham Lincoln, el Theodore Roosevelt y el George Washington esperan recibir órdenes de destino esta próxima semana.

El despliegue es de tal calibre que ha empezado a provocar problemas de logística, según reconoció ayer el general John W. Handy, jefe del Mando Logístico de la Fuerza Aérea. El militar reconoció que el Pentágono puede quedarse "muy corto" de aviones para enviar tropas y avituallamiento al frente de combate.

Ajeno a estas tribulaciones, el jefe de operaciones navales en el Golfo, el almirante Vern Clark, arengó ayer a los 5.500 marines del portaviones Constellation y se comprometió a emplear una fuerza "avasalladora y asimétrica". Bajo un mural en el que aparece un águila llorando sobre los restos en llamas de las Torres Gemelas tras el ataque terrorista del 11-S, el almirante Clark instó a sus hombres a estar "preparados para escribir una página en la historia" y predijo que "si empieza la guerra contra Irak, el mundo contemplará un nuevo nivel (de poderío militar)".