Al menos 2.148 personas fueron ejecutadas el pasado año en 22 países, según desveló ayer Amnistía Internacional (AI). El 94% de esas muertes --que según AI pueden ser muchas más-- se registraron, por este orden, en China, Irán, Arabia Saudí y EEUU. En este último país, los españoles Pablo Ibar y Nabil Manakli aguardan hoy su turno en el corredor de la muerte.

En el día internacional contra la pena de muerte, Amnistía recordó que España es uno de los cinco países de la Unión Europea que mantiene la pena de muerte en tiempos de guerra. AI reclama que se modifique el artículo 15 de la Constitución para eliminarla.

El director de Amnistía en España, Esteban Beltrán, exige al Gobierno que quite ese artículo de la Constitución porque mantiene "un espacio de ambigüedad para que se pueda utilizar la pena de muerte en el futuro".

A pesar de que 68 países mantienen todavía la pena capital, en los últimos 30 años se ha registrado una tendencia clara hacia su abolición en todo el mundo, y a lo largo del 2006 la tendencia ha continuado.

En su informe anual, Amnistía destaca que "es llamativo que el 94% de las ejecuciones se hayan producido en cuatro países. En China se contabilizan 1.770 ejecuciones conocidas --aunque, según expertos chinos, todos los años son ejecutadas entre 8.000 y 10.000 personas--, 94 ejecuciones en Irán; 86, en Arabia Saudí, y 60, en EEUU". La organización humanitaria también subraya que en EEUU, desde 1977, han sido ejecutadas 1.047 personas (43 en el 2006). Además, en este país se sigue ejecutando a personas con enfermedades mentales.