El presidente de EEUU, George Bush, se apresuró ayer a negar que su Gobierno esté "sacando datos o hurgando en la vida personal de los estadounidenses inocentes", después de que el periódico USA Today revelara que el espionaje telefónico que llevó a cabo la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) alcanzó a "decenas de millones" de ciudadanos. Bush no confirmó ni rechazó el enorme alcance de esta vigilancia, mucho mayor de lo que se pensaba, pero aseguró que las "actividades de espionaje se concentran estrictamente en Al Qaeda y sus socios conocidos".

Tanto republicanos como demócratas no ocultan su alarma ante el alcance del espionaje sobre los ciudadanos, del que se supo en diciembre. USA Today aseguró que, gracias a la colaboración de las principales empresas telefónicas, el Gobierno ha creado "la mayor base de datos del mundo" sobre las actividades telefónicas de los ciudadanos.

Además, el escándalo complicará la ratificación parlamentaria del elegido por Bush para dirigir la CIA, el general Michael Hayden, director de la NSA cuando se ejecutaron las escuchas.