La Casa Blanca está dispuesta a echar mano incluso de los militares para vigilar la frontera sur del país, por la que cientos de miles de inmigrantes ilegales se cuelan en el territorio estadounidense. Por eso, el Pentágono estudia la mejor forma de emplear sus recursos para patrullar la extensa frontera con México, como han pedido insistentemente a Washington los estados sureños. El proyecto incluye el despliegue de la Guardia Nacional.

Los detalles del plan del Pentágono para sellar la frontera sur no se conocen, pero su elaboración coincide con la resurrección del debate sobre la inmigración en el Congreso, donde republicanos y demócratas no logran resolver cómo regularizar la situación de los ilegales e impedir que entren. El lunes por la noche, Bush pedirá que se apruebe la nueva ley.