Un confuso incidente entre tropas de EEUU y miembros de los servicios secretos italianos empañó ayer el júbilo que produjo la liberación de la periodista Giuliana Sgrena, secuestrada el pasado 4 de febrero en el centro de Bagdad. Soldados estadounidenses dispararon contra el vehículo en el que los espías italianos conducían a Sgrena al aeropuerto de Bagdad, hirieron a la periodista en el hombro y mataron al agente Nicola Calipari. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, llamó a consultas al embajador estadounidense en Roma y dijo que alguien tenía que "asumir la responsabilidad" por lo sucedido.

"Estamos incrédulos y atónitos por la fatalidad", señaló. "La alegría se ha transformado en dolor". Berlusconi explicó que el incidente tuvo lugar en un puesto de control estadounidense en la carretera que va al aeropuerto desde la capital iraquí. Las razones por las cuales los soldados estadounidenses dispararon contra el vehículo no están del todo claras. Sin embargo, las fuerzas de EEUU divulgaron anoche un comunicado en el que subrayaron que el vehículo se aproximaba a toda velocidad al control.

LLEVADOS AL HOSPITAL "Las fuerzas de la coalición abrieron fuego sobre un vehículo que se acercaba a gran velocidad a un puesto de control en Bagdad", reza el texto. "Las circunstancias no han sido aclaradas". Según el coronel Mike Caldwell, portavoz estadounidense en Bagdad, el Ejército ha abierto una investigación para aclarar las cosas.

Sgrena y otros dos agentes italianos heridos leves fueron trasladados a un hospital del Ejército de EEUU. Desde allí, la periodista consiguió comunicarse por teléfono con su país y explicar que, pese a la herida, se encuentra bien. En la redacción de Il Manifesto , en Roma, los compañeros de Sgrena no daban crédito a las informaciones que llegaban de Irak. "Lo que tendría que haber sido un momento de celebración ha sido arruinado por este tiroteo", declaró Gabriele Polo, director del periódico romano.

"Un agente italiano ha muerto víctima de una bala estadounidense. Es una trágica demostración de que todo lo que está ocurriendo ahora en Irak es un sinsentido", añadió.

NEGOCIADOR Según la primera reconstrucción que hizo Berlusconi, Nicola Calipari, padre de dos hijos, murió al proteger a Sgrena de los disparos. El agente muerto había participado activamente en las negociaciones para la liberación de la periodista, aunque anoche pocos detalles se conocían sobre la liberación. De acuerdo con el canal Uno de la televisión pública italiana (RAI), Sgrena viajará hoy mismo a Roma a bordo de un avión facilitado por la presidencia.

La corresponsal de guerra de Il Manifesto había sido secuestrada el pasado 4 de febrero en el centro de Bagdad. Días después, los secuestradores divulgaron un vídeo en el cual ella pedía la retirada de las tropas italianas de Irak. La cinta fue entregada el mismo día en que el Parlamento italiano tenía previsto votar la prolongación de la misión militar en el país. Las súplicas de Sgrena no influyeron en la votación, que prolongó hasta junio el despliegue de los soldados.

Hace dos semanas, medio millón de personas habían salido a las calles de Roma a pedir la liberación de la periodista. Italia estaba unida en torno a la causa, y el país vivió unas escasas horas de júbilo tras conocer la noticia de su puesta en libertad. "Esta es una jornada excepcional", manifestó el padre, Franco Sgrena.

COMUNISTAS FELICES La noticia interrumpió las sesiones del congreso del Partido de la Refundación Comunista, cuyos delegados prorrumpieron en un aplauso. La eurodiputada Luciana Castellina, que dio la noticia, pidió que se dé continuidad al movimiento pacifista. Este "no debe pararse --manifestó--, sino comprometerse para traer a casa a la periodista francesa Florence Aubenas, que, como el pueblo iraquí, todavía no es libre".