El Departamento de Justicia de EEUU ha acusado a cinco empleados de la empresa de seguridad Blackwater por la muerte de 17 civiles en Bagdad en septiembre del 2007. Los empleados (exmilitares que trabajaban para el Departamento de Estado como guardaespaldas de diplomáticos y personal civil) abrieron fuego en una céntrica plaza de la ciudad, según concluyó una investigación iraquí, que los acusó de disparar contra una multitud de civiles sin motivo.