La India, la democracia más grande del mundo, con un crecimiento del 8% y hambrienta de recursos energéticos, recibió ayer la primera visita de George Bush. El presidente de EEUU y el primer ministro indio, Manmohan Singh, firmaron un acuerdo de cooperación nuclear civil que convierte a la India en una excepción, pues no ha firmado el Tratado de No Proliferación (TNP) de armas atómicas ni tiene previsto hacerlo; lo contrario que Irán, régimen que sí lo firmó y que sufre la presión de EEUU. El "acuerdo histórico", en palabras de Bush, estipula que la India podrá acceder a tecnología nuclear extranjera, para lo que deberá abrir a inspecciones sus instalaciones civiles.

Este pacto supone un giro en la política exterior de EEUU, que incluso sancionó temporalmente al subcontinente asiático en 1998, cuando llevó a cabo ensayos nucleares. Ahora, su necesidad de combustible nuclear --que sólo cubre el 3% del total, pero que en el 2050 debería proveer el 25%-- la ha convertido en una golosina para los países que construyen esta tecnología.

Este acuerdo debe ser ratificado por el Congreso de EEUU, que no es una balsa de aceite. Muchos legisladores consideran que este pacto premia a un país que no ha firmado el TNP, da pie a que la tecnología atómica pueda caer en manos peligrosas y envía un mensaje equivocado a Irán.

"GESTO DE BUENA VOLUNTAD" Con esto en mente, Bush dijo que la proliferación de armas nucleares "es una preocupación", aunque añadió que ha obtenido "un gesto de buena voluntad del Gobierno indio", que trasladará al Congreso. "Los legisladores tienen que entender que a nuestros intereses económicos les conviene que la India tenga una industria nuclear civil que contribuya a reducir la presión sobre la demanda global de energía", afirmó abiertamente. "En tanto podamos reducir la demanda de combustibles fósiles, podremos reducir el coste para el consumidor estadounidense", declaró.

En la India, esta alianza ha provocado críticas de los comunistas, aliados cruciales en el Gobierno de coalición de centro-izquierda, quien acusa al Ejecutivo de Nueva Delhi de actuar al "dictado" de EEUU.