El Ejército de Estados Unidos mató a casi 90 presuntos insurgentes en dos ataques aéreos en poblaciones cercanas a Ramadi el domingo, un día después del referendo constitucional que celebró Irak, según informaron ayer fuentes norteamericanas. Sin embargo, testigos y fuentes hospitalarias de la ciudad aseguraron que 36 de los muertos eran civiles, entre ellos varios niños. En el campo político, el Comité Electoral anunció su intención de verificar los primeros resultados del referendo, por considerarlos poco acordes a los patrones internacionales habituales en este tipo de consultas.

En el primer ataque, según la versión norteamericana, una bomba de precisión lanzada por un avión F-15 mató a 20 personas, todas "terroristas", que iban a colocar una bomba en una carretera de Abú Ubaid.

En el otro incidente, en Abú Faraj, 10 personas fueron víctimas de los proyectiles de un helicóptero de combate Cobra, que previamente había sido atacado, según el comunicado del Ejército estadounidense. Otras 40 personas fallecieron en un ataque contra un convoy de vehículos cargados de armas y un inmueble donde se refugiaron parte de los rebeldes. Otra veintena murió cerca de la frontera con Siria.

La versión norteamericana contrasta con la de las fuentes civiles en la capital de Al Anbar. Un médico del hospital dijo a la CNN que los muertos en el primer ataque fueron 25, 6 de ellos niños. Según explicó, "no eran terroristas", sino civiles que merodeaban alrededor del vehículo militar destruido el día anterior.

En Irak es habitual desvalijar los restos de los blindados norteamericanos que quedan abandonados. En el segundo ataque murieron 14 civiles --2 de ellos, al menos, eran menores--, según aseguraron a la agencia AP varios testigos.

PAIS DIVIDIDO A estos actos hay que añadir la tensión que se vive tras la consulta del sábado. Independientemente del resultado --la victoria del gana terreno--, está claro que el país sigue dividido y que la reconciliación está muy lejos. Los shiís y kurdos dan por segura la victoria del en el referendo, extremo que niegan los sunís, que ya hablan abiertamente de "fraude".

"Los resultados que nosotros tenemos muestran que el pueblo iraquí ha dicho no a la Constitución que divide al país", dijo el líder suní Saleh Motlak. A esta polémica se añade la duda sembrada por el Comité Electoral, que considera que resultados que "llegan a ser del 99%" precisan una revisión.