El lenguaje franco que los funcionarios, diplomáticos y embajadores de la legación de EEUU en Madrid utilizaron en los últimos años para explicar a sus jefes al otro lado del Atlántico cómo veían la realidad española desconcertará a algunos de los interlocutores y abochornará muchos otros. Eso, como mínimo. El diario El País , uno de los pocos medios de comunicación del mundo que ha tenido acceso a los miles de documentos logrados por Wikileaks, iniciará hoy la publicación de la información más sustanciosa que recogen los 3.620 documentos de la embajada en la capital.

Según el citado rotativo, Estados Unidos no solo presionó al Gobierno para salvaguardar sus intereses. Algunos de los documentos analizados también revelan presiones a miembros de la judicatura y del tejido empresarial. El Gobierno español decidió ayer que no comentará las noticias que vayan saliendo y dejará a la Casa Blanca el análisis.

En estos últimos años, algunos jueces españoles han puesto en verdaderos aprietos a las autoridades estadounidenses. Baltasar Garzón y Eloy Velasco, por ejemplo, pidieron investigar el penal de Guantánamo, donde se torturó a los presos, y también a los autores intelectuales que aportaron la base legal para utilizar esa cárcel: entre otros, Dick Cheney, vicepresidente con George Bush, y el exfiscal general Alberto Gonzales. Por su parte, el juez Santiago Pedraz reabrió la causa sobre la muerte de José Couso, el cámara español que murió en un hotel de Bagdad por los disparos de un tanque estadounidense.

Otro asunto que incomodó a Washington es el que todavía tiene abierto Ismael Moreno sobre los vuelos de la CIA. En diciembre del 2008 se conoció un documento en el que el Gobierno del expresidente del Gobierno José María Aznar permitía a EEUU que los llamados vuelos de la CIA utilizaran los aeropuertos españoles si lo necesitaban en su camino desde Afganistán.

LAS EXCUSAS DE MORATINOS El exministro de Exteriores Miguel Angel Moratinos justificó que Aznar diera su autorización y aseguró que ninguno de los vuelos de la CIA que pararon en las bases españolas --algunos cuando el PSOE ya estaba en el Gobierno-- transportaba prisioneros ilegales.

Entre los datos revelados ayer por El País, destacan los informes realizados la semana del 11-M del 2004. La embajada de EEUU no solo tuvo que informar sobre los atentados, también tuvo que poner al corriente a sus superiores sobre quién era el nuevo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. Los diplomáticos atribuyeron la victoria del líder socialista a la mala gestión del 11-M por parte del PP. Y a Zapatero lo dibujaron como un dirigente propio de una izquierda "trasnochada y romántica".

EL ´FRACASO´ DEL PRESIDENTE En un informe del embajador Eduardo Aguirre, este empresario cubanoamericano aseguró que el presidente usa la diplomacia "para ganar puntos en la política española". "Esto ha derivado en una relación bilateral errática y en zigzag", publicó el diario en internet. El semanario alemán Der Spiegel, que también ha tenido acceso a los informes, tiene una nota de la embajada en la que se asegura que Zapatero sufrió "un gran fracaso" cuando no pudo traer a Barack Obama a la cumbre UE-EEUU, prevista para mayo, en plena presidencia española de la UE.