EEUU presentará hoy al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución, patrocinado también por Gran Bretaña y España, para levantar las sanciones que pesan sobre Irak desde 1990, excepto las que impiden la venta de armas a Bagdad, según se supo ayer.

El documento retira a la ONU el control de la venta de las ricas reservas iraquís de petróleo, ya que contempla la extinción gradual en cuatro meses del programa Petróleo por alimentos , administrado por la organización mundial. Si la resolución se aprueba, los beneficios de las ventas se depositarán en un Fondo para Asistencia a los Iraquís, dedicado a sufragar los gastos de reconstrucción del país y la ayuda humanitaria, bajo vigilancia de un consejo asesor formado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la ONU.

COORDINADOR GENERAL

El papel menor de la ONU en la posguerra iraquí que le otorga la resolución incluye también el nombramiento, por el secretario general de la organización, Kofi Annan, de un coordinador especial para Irak, que acordará con EEUU y Gran Bretaña su participación en la reconstrucción.

Pese a la perspectiva de que Francia y Rusia se opongan al documento, tanto el presidente de EEUU, George Bush, como su secretario de Estado, Colin Powell, se mostraron conciliadores. Bush, que espera la votación para antes del 3 de junio, se mostró confiado en la aprobación del texto.

París y Moscú pueden causar nuevos dolores de cabeza a EEUU, ya que se han opuesto al levantamiento inmediato de las sanciones, esgrimiendo que antes debe certificarse la eliminación de las armas de destrucción masiva. El embajador de EEUU, John Negroponte, aseguró que la resolución no prevé "ningún papel para los inspectores de desarme".

PRESION AL ´EJE DEL MAL´

Por otra parte, EEUU ha vuelto sus miras hacia otro miembro del eje del mal , Irán, al que acusa de estar desarrollando secretamente un programa para enriquecer uranio, que le serviría para fabricar armas nucleares. En este caso, la Casa Blanca se inclina por la presión diplomática y la actuación a través de la ONU.

Washington está presionando a Rusia, Francia, Gran Bretaña, Alemania y otros miembros de la Agencia Internacional de la Energía Atómica para que respalden una declaración que denuncie que Teherán ha violado sus obligaciones como firmante del tratado de no proliferación de armas nucleares. Esto permitiría al Consejo de Seguridad de la ONU sancionar a Teherán.