Tan aficionados como el pueblo árabe en general a las teorías de la conspiración y especialmente inclinados tras los años de dictadura de Sadam Husein a desconfiar del poder, los iraquís no se sintieron muy impresionados ayer por la publicación de las fotografías de los cadáveres de los dos hijos de Sadam, Udai y Qusai. Tanto es el escepticismo, que las autoridades estadounidenses exhibieron ayer a la prensa los cadáveres de los dos vástagos de Sadam convenientemente retocados para que se parecieran lo máximo posible a como eran en vida.

"Los forenses han reconstruido sus rostros para que se parezcan a las caras que los hermanos tenían cuando estaban vivos", dijo un portavoz estadounidense, quien añadió que estos retoques son habituales en el trabajo de los forenses. Udai y Qusai fueron afeitados, peinados y maquillados, pero aun así los cuerpos muestran heridas en la cabeza, torso, brazos y piernas.

INFORMES

Los primeros informes de las autopsias descartan que los dos hermanos Husein se suicidaran, según constataron fuentes estadounidenses. Los patólogos, que han contabilizado al menos 20 impactos de bala en cada uno de los cadáveres, dan como causa de la muerte de Udai una herida en la cabeza y de la de Qusai, dos balazos detrás de su oreja derecha. Informes toxicológicos han sido encargados y se está a la espera de sus resultados.

La exhibición primero de las fotografías y después de los cuerpos empieza a pasar factura a EEUU, ya que son prácticas contrarias a las normas del islam. Según la tradición musulmana, los cuerpos deben ser enterrados lo antes posible, a poder ser la misma noche de la muerte. De igual manera, el trabajo posmortem en los cadáveres no está permitido.

A ello se le añade la incógnita sobre qué va a suceder con los cadáveres, una decisión que EEUU trata de consensuar con el Gobierno interino de Irak. Es improbable, por razones obvias, que un familiar de los hijos de Sadam reclame los cuerpos. Pero es que, además, EEUU corre el riesgo de que las tumbas se conviertan en un lugar de peregrinaje.

Aunque para que eso ocurra, primero los iraquís deben creer que están muertos. De nada han servido la publicación de las fotos, ni que EEUU insista en que cuatro asesores de los hermanos los hayan reconocido, ni mucho menos que la identificación oficial se base en radiografías y análisis de ADN, una jerga incomprensible para los iraquís. El boca a boca --esa arma de distracción masiva en una ciudad agobiada por los problemas de posguerra-- ya ha dictado sentencia: esos cuerpos no son de Udai y Qusai.

"He visto las fotos, pero no me lo creo. Si fueran ellos, no los habrían matado, los habrían detenido para enseñarlos vivos", afirmaba Karim en una tetería en el barrio de Karade.

"UN TRUCO"

Los periódicos iraquís no se editaron ayer al ser viernes, día festivo musulmán, aunque se espera que hoy publiquen las fotos. Aun así, pese a los problemas de electricidad, muchos bagdadís las vieron porque fueron emitidas por la americanizada televisión local y las cadenas por satélite. Pero en las tertulias, la maniobra propagandística de EEUU perdía por goleada. "Es un truco de EEUU para acabar con la resistencia", sentenció Karim.

EEUU, mientras tanto, centra sus esfuerzos en intentar localizar al exdictador Sadam Husein. Un militar estadounidense señaló ayer que las fuerzas norteamericanas habían detenido a 13 personas en Tikrit --la ciudad natal de Sadam-- y que algunas de ellas, entre 5 y 10, "formaban parte del cuerpo de seguridad personal de Sadam Husein".