La relación entre Estados Unidos e Irán es como una capa de hielo que amenaza con romperse bajo cualquier paso en falso, y las últimas acusaciones de Washington a Teherán sin duda contribuyen a resquebrajar el fino y gélido vínculo. Los servicios de espionaje estadounidense y el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, aseguran que Irán está fabricando la bomba más letal que las milicias chiís están usando contra sus soldados en Irak y, aunque no se han ofrecido pruebas, las acusaciones son un paso más en una peligrosa escalada de tensión bilateral.

El artefacto es conocido como penetrador y es un cilindro de metal lleno de explosivos que apareció en Irak en el 2003. Los atentados con esas bombas --que se disparan desde los lados de la carretera a través de sensores que detectan el paso de los vehículos militares-- se han doblado en el último año y son los responsables del mayor número de muertos en las filas de EEUU.

Análisis del explosivo Fuentes del espionaje estadounidense han asegurado a The New York Times que, gracias al análisis de los explosivos y a datos del espionaje sobre el entrenamiento de chiís en la región, pueden vincular las bombas con Teherán. Gates aseguró el viernes que los números de serie y otras marcas permiten señalar a Irán.

Según fuentes de la Administración, EEUU ha usado a la embajada de Suiza en esa capital para advertir al Gobierno iraní de que detenga sus ayudas a la insurgencia en Irak. Mientras, el embajador de Irán ante Naciones Unidas, Javad Zarif, ha acusado en un artículo de opinión a la Administración de George Bush de "intentar hacer de Irán su cabeza de turco e inventar pruebas de actividades de Irán en Irak".

El nuevo comandante del Ejército de EEUU en Irak, el general David Petraeus, afirmó que la situación era "extremadamente desafiante", pero no de "desesperanza". "Los objetivos son alcanzables. La misión es viable", dijo.

"Todos tenemos que soportar el peso y avanzar juntos. Si podemos hacer eso, y podemos ayudar al pueblo iraquí para que haga lo mismo, entonces existe la probabilidad de tener éxito", manifestó Petraeus durante una ceremonia en uno de los expalacios de Sadam Husein cerca del aeropuerto de Bagdad, que ahora es una base militar de EEUU.

Petraeus asume el cargo en un momento crítico, nombrado para llevar a cabo la nueva estrategia del presidente George Bush, que busca frenar la violencia.

Mientras, tres soldados estadounidenses murieron y otro resultó herido al estallar un artefacto en una vivienda ubicada en la provincia de Diyala, a unos 60 kilómetros al noreste de Bagdad, según aseguró hoy el mando estadounidense.