EEUU está dispuesto a emplear todo su poderío militar para aplastar la resistencia a la ocupación de Irak, que en sólo dos semanas ha costado la vida a 87 soldados estadounidenses. "He dado la orden a nuestros jefes militares para que se preparen a emplear una fuerza decisiva para mantener el orden y proteger a nuestras tropas", advirtió Bush el pasado martes durante la rueda de prensa en la que justificó, ante un país cada vez más escéptico, el alto coste de la ocupación militar en fondos públicos y vidas humanas.

"No permitiremos que el caos y la violencia se extiendan", subrayó Bush. En tono desafiante, el presidente rechazó cualquier comparación de que Irak es el nuevo Vietnam de EEUU: "Este paralelismo es falso", dijo. El líder de la Casa Blanca añadió que "si hacen falta más tropas, las enviaremos; si hacen falta más recursos, los proporcionaremos", para ilustrar su decisión de seguir en Irak, cueste lo que cueste.

Además, Bush volvió su mirada hacia la ONU y aseguró que quiere "conseguir otra resolución del Consejo de Seguridad que ayude a otros países a participar". Washington también desea que la resolución permita la permanencia de las tropas españolas en Irak.