Soplan nuevos vientos democráticos en Egipto. El presidente, Hosni Mubarak, pidió ayer al Parlamento que apruebe una reforma constitucional que permita a los egipcios elegir por voto directo y secreto a su jefe de Estado entre varios candidatos.

El anuncio del rais cogió por sorpresa a la oposición que, desde hace meses, intenta impedir la prolongación del mandato del actual presidente, en el poder desde hace 24 años. La apertura democrática es un gesto también hacia EEUU, que pide reformas a los países de la región como antídoto a los grupos radicales islamistas.

Egipto "necesita más libertad y democracia", dijo Mubarak en una intervención en la Universidad de Menufia, retransmitida por la televisión pública en directo. Hasta ahora, el Parlamento designaba a un único candidato presidencial, que después era ratificado a través de un referendo por la población. Desde que asumió la jefatura del Estado, en 1981, tras el asesinato de Anuar al Sadat, Mubarak siempre ha sido el hombre escogido por el Parlamento, dominado por el Partido Nacional Demócrata (PND), que él lidera.

Mubarak, de 76 años, instó ayer al Parlamento a reformar el artículo 76 de la Constitución, que regula la ley electoral. Una vez modificado, la población se pronunciará por referendo. Mohamed Kamal, miembro del PND, aseguró ayer que, en dos semanas, la enmienda podría ser aprobada por la Cámara y, en dos meses, celebrarse el referendo. Ello evitaría modificar el calendario electoral. En septiembre estaba previsto celebrar el referendo presidencial.

CAUTELA Los partidos de la oposición acogieron con un cauto optimismo el anuncio de Mubarak, indicaron que esta reforma es sólo un inicio y pidieron medidas adicionales como el fin del estado de excepción, la puesta en libertad de presos políticos y la limitación del periodo presidencial a dos mandatos.