Un fantasma recorre Egipto: el miedo a que el brutal atentado del sábado contra una iglesia copta de Alejandría, en el que murieron 21 personas, derive en una espiral de enfrentamientos entre la mayoría musulmana y la minoría cristiana en todo el país. Líderes políticos y religiosos llamaron ayer a la calma y la unidad para preservar la tambaleante paz interconfesional. Desde Roma, el papa Benedicto XVI pidió no responder con más violencia. En las calles de Egipto, sin embargo, las aguas iban por otro cauce.

El Cairo y Asiut, en el sur del país, fueron escenario de manifestaciones de centenares de coptos que exigían la captura de los autores de la matanza. En la capital, algunos atacaron a los policías con cruces de madera y cortaron una avenida.

Con manchas de sangre aún visibles en la fachada, decenas de cristianos se reunieron en la iglesia blanco del atentado. Los rezos se mezclaron con reproches al Gobierno egipcio y un cántico: "Oh cruz, estamos dispuestos a sacrificarnos por ti".

PRESENCIA POLICIAL Las fuerzas de seguridad egipcias han aumentado notablemente su presencia frente a las iglesias del país (4.000 contra 130.000 mezquitas) e impiden aparcar vehículos en sus inmediaciones. También han arrestado o interrogado a veinte sospechosos.

Aunque el presidente del país, Hosni Mubarak, no tardó el sábado en acusar a organizaciones salafistas extranjeras, las pesquisas se centran ahora en un grupo fanático local inspirado por las ideas de Al Qaeda, según fuentes de la seguridad egipcia citadas por la agencia Associated Press. No obstante, los investigadores revisan las listas de pasajeros de los vuelos desde Irak en los días previos al atentado.

Benedicto XVI exhortó ayer a los cristianos de Egipto a no responder con la violencia a la violencia. Durante el rezo dominical del Angelus, el Papa dijo que rezaba para que "frente a esta tragedia de violencia que mantiene en el punto de mira a los cristianos y tiene consecuencias para toda la población, las víctimas y los familiares y todas las comunidades eclesiásticas se mantengan en la fe y en el testimonio de la no violencia que procede del Evangelio".

"VIL GESTO DE MUERTE" Antes, Ratzinger había tachado el atentado de la Nochevieja en Alejandría de "un vil gesto de muerte".

El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattin, pidió ayer a la UE que tras "haber colocado la supremacía de los derechos individuales en la base de sus principios constitucionales, esté ahora en la primera línea de esta batalla".