Los cuerpos de seguridad efectuaron disparos de advertencia, lanzaron botes de gas lacrimógeno y detuvieron a más de un centenar de personas para dispersar a los manifestantes, entre ellos monjes budistas, que volvieron a salir hoy a Rangún para condenar la Junta Militar de Birmania (Myanmar). Miles de manifestantes, hasta 70.000, según algunas fuentes, llegaron a congregarse hoy en el centro de Rangún y gritar consignas contra el régimen militar como "Venceremos", "Venceremos".

Según informaciones de testigos a emisoras de radio de la disidencia, en el monasterio Ngwe Kyar Yan unas 10.000 personas se enfrentaron a los soldados y policías estacionados en el lugar para impedir que se formase una nueva movilización. En la pagoda de Sule, en el casco viejo de Rangún, otros varios cientos de personas protagonizaron una sentada, apoyando con cantos y rezos a un grupo de bonzos, hasta que los cuerpos de seguridad cargaron para dispersar la protesta con disparos y botes de humo.

Los manifestantes, algunos de ellos con heridas, escapaban por las calles adyacentes de la carga, mientras que, de acuerdo con otros testigos, un hombre yacía tendido en el suelo muerto o inconsciente. Cientos de personas se reunieron en el exterior de la sórdida prisión de alta seguridad de Insien, en las afueras de Rangún, donde algunas informaciones sin confirmar dicen que el Gobierno internó el martes pasado a la líder del movimiento democrático birmano y jefa de la Liga Nacional para la Democracia (LND), Aung San Suu Kyi.

Las protestas terminaron por disolverse con las cargas y después de que camiones militares con megáfonos recorriesen las calles de Rangún advirtiendo a la población que de continuar la movilización actuarían con más contundencia. Después de nueve días de manifestaciones, la Junta Militar declaró el toque de queda el martes pasado, prohibió las reuniones públicas y detuvo a varios líderes democráticos en las horas siguientes, además de instalar controles militares y policiales en monasterios, pagodas y puntos claves de las principales ciudades del país.

Miles de personas, encabezadas por los monjes budistas, desafiaron ayer al régimen militar y la represión acabó con cinco muertos y un centenar de heridos. Esta madrugada, los soldados detuvieron a más 800 bonzos en cuatro monasterios de Rangún, en una redada que acabó con la muerte de un monje y otros siete heridos de bala.

Fuentes de la LND denunciaron la detención anoche del portavoz de la formación, Mynt Thein, y el responsable para la región de Irrawaddy (este), Hla Pay. Ambos son hombres de confianza la premio Nobel de la Paz Suu Kyi, a quien la Junta Militar acusa de ser la instigadora de las protestas, además de a fuerzas destructivas extranjeras.