El Ejército británico entrena a sus soldados en técnicas de interrogatorio que incluyen torturas, humillaciones y amenazas. Así se desprende de unos manuales secretos de interrogatorio a los que ha tenido acceso el diario The Guardian. Segun este rotativo, dichos manuales enseñan a los militares el uso de las esposas como método básico para intimidar y desorientar a los prisioneros. También explican cómo amenazar y provocar miedo, cómo aplicar técnicas de privación de los sentidos o cómo extenuar a los reclusos.

Todos estos métodos suponen una clara vulneración de los acuerdos de Ginebra de 1949, que prohíben explícitamente cualquier coacción física o moral a los detenidos para obtener información.

Un documento creado en septiembre del 2005 explica a los interrogadores que los prisioneros deben ser desnudados antes de ser interrogados. "Mantenerlos desnudos si no obedecen", añade el documento. Otro manual elaborado en las mismas fechas recomienda vendar los ojos a los prisioneros para mantenerlos en tensión. Un libro más reciente, de abril del 2008, sugiere que las personas que sean capturadas deben estar en condiciones físicas incómodas y bajo un estado de intimidación.

SUEÑO INTERRUMPIDO

Manuales más recientes insisten en que las vendas, las orejeras y las esposas son material indispensable en los interrogatorios. También establecen que si bien se debe permitir a los prisioneros dormir ocho horas al día, no deben ser más de cuatro horas de sueño seguidas.

Todos este material para interrogar prisioneros fue elaborado por el Ejército británico después de la muerte de Baha Mousa, el recepcionista de un hotel de Basora, en Irak, que fue torturado hasta la muerte por tropas británicas en septiembre del 2003. Las filtraciones sobre estas técnicas de interrogatorio se producen en un momento en que las prácticas del Ejército británico están siendo escrutadas en su país.