El jefe máximo de las fuerzas estadounidenses desplegadas en Irak, el general David Petraeus, es partidario del diálogo con la insurgencia para frenar la ola de violencia que vive el país.

Para este militar, de 55 años, la guerra no se va a ganar solo con aviones, tanques y decenas de miles de hombres listos para el combate.

"La acción militar es necesaria para ayudar a mejorar la seguridad, pero no es suficiente", manifestó ayer en Bagdad.

"No hay una solución militar del problema de la insurgencia", dijo Petraeus. "Hay que hablar con los que sienten que no hay espacio para ellos en el nuevo Irak", añadió.