En una primera reacción a las noticias sobre el crítico estado de salud del presidente palestino, Yasir Arafat, que llegaban desde París, el Gobierno de Ariel Sharon ordenó ayer al Ejército que las tropas desplegadas en Cisjordania y la franja de Gaza se sitúen en estado de máxima alerta. Sharon, además, se reunió con los principales responsables de las fuerzas de seguridad para perfilar un plan de contingencia ante la posibilidad, cada vez más real, de una muerte inminente de Arafat.

Fue el de ayer un día de reuniones al más alto nivel de las fuerzas de seguridad israelís con un solo tema encima de la mesa: la salud de Arafat. El ministro de Defensa, Shaul Mofaz, analizó la situación con los servicios de información del Ejército, externo (Mosad) e interno (Shin Beth), antes de verse con el propio Sharon. Asimismo, el jefe del Estado Mayor, Moshe Yaalon, departió con los responsables militares en Gaza y Cisjordania. En todos los casos, el objetivo fue el mismo: preparar lo que se viene encima.

ESPECULACIONES Sharon se negó a hacer comentarios sobre "especulaciones periodísticas", pero fuentes de la oficina del primer ministro insistieron una vez más en que, en caso de que muera, Arafat no será enterrado en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, como en más de una ocasión ha dicho que sería su deseo. En esa línea, Yaalon y la cúpula del Ejército israelí debatieron las medidas a tomar para evitar, por un lado, que se intente trasladar por la fuerza a Arafat a Jerusalén y, por el otro, los disturbios que una negativa israelí podrían desencadenar.

La primera medida fue preparar a todos los efectivos en los territorios ocupados para movilizarse en cuanto sea necesario. El cierre de Cisjordania se da por hecho, por lo que el Ejército estudia reforzar los puestos de control que rodean todas las localidades de Cisjordania.

Israel pretende que el líder palestino sea enterrado en Gaza o en un cacho de tierra que, según ha publicado la prensa israelí estos días, ya le han preparado en la localidad de Abú Dis, anexa a Jerusalén Este y con vistas a la ciudad vieja. Pero el Wafq, el organismo que gestiona la Explanada de las Mezquitas, ya ha declarado que Israel no puede ordenar quién es enterrado allí. Una situación que, si muere Arafat, puede ser explosiva.

La violencia en la zona continuó ayer a pesar de la frágil salud del rais. Tres palestinos resultaron muertos por disparos del Ejército israelí en Gaza, según fuentes locales. Las víctimas perdieron la vida cuando se abrió fuego desde un blindado junto al campo de refugiados de Al Bureij. La identidad de las víctimas no fue dada a conocer.