Tras 12 días de hermetismo casi absoluto, el Ejército israelí empezó ayer a airear algunos de los detalles de su forma de actuar en Gaza. El principio fundamental de la estrategia, según declaró un alto mando militar a varios medios israelís, consiste en allanar el terreno al avance de las tropas bombardeando antes masivamente los barrios hacia los que se dirigen. Con ello, el Ejército pretende minimizar el riesgo para los soldados. "Desde nuestro punto de vista, ser cautelosos significa ser agresivos", dijo ese alto mando.

"Cuando sospechamos que un miliciano palestino se esconde en una casa, disparamos un misil y luego dos obuses de tanque. Después, una excavadora arremete contra la fachada. Se causan daños, pero sirve para prevenir las muertes entre nuestros soldados". Esta estrategia está devastando las infraestructuras civiles de Gaza. Y, en muchos casos, ha probado ser muy contraproducente. Tres soldados israelís que habían tomado una casa como base de operaciones murieron por el fuego amigo.

Peor está resultando para los palestinos. Varias familias han sido exterminadas. Solo el lunes un misil acabó con 35 miembros de la familia Samuni y con 13 de la familia Al Daiya. Es tal la magnitud del desaguisado que la fuente militar reconocía que los palestinos "tardarán muchos años en reconstruir la zona tal y como estaba".

Este legado parece sacado de la amenaza, en octubre, contra Hizbulá del general Gadi Eisenkot, jefe de la región militar del norte. Si la guerrilla chií vuelve a atacar a Israel, dijo, "ejerceremos un poder desproporcionado contra cada pueblo desde el que se dispare". "En nuestra opinión --añadió-- esos pueblos son bases militares. Es un plan que ya ha sido aprobado".

Gaza no es el Líbano y Hamás no es Hizbulá, pero los milicianos palestinos han aprendido de las guerrillas de sus colegas chiís. Evitan los combates en espacios abiertos y esperan al Ejército en zonas urbanas. Los militares hebreos han encontrado en las casas de los miembros de Hamás túneles para escapar y armamento, desde rifles automáticos a misiles antitanque y explosivos. En un caso, hallaron explosivos camuflados tras un piano. Y, según el oficial hebreo, sus hombres han matado a milicianos que portaban un cinturón de explosivos para inmolarse.

HUIR CON LO PUESTO A medida que las tropas avanzan, miles de civiles huyen con lo puesto. "Encontramos casas donde la comida sigue caliente encima de la mesa. Vemos columnas de mujeres y niños con banderas blancas y, por supuesto, les dejamos pasar. Pero cada dos horas nos llegan mensajes del espionaje advirtiéndonos de que hay una mujer suicida en la zona, de modo que la mayoría de soldados consideran esas columnas de civiles como una amenaza", dijo el citado alto mando israelí.