El Ejército y la policía patrullaron ayer de forma conjunta en la ciudad nigeriana de Maiduguri, donde rige el toque de queda desde la muerte de 15 personas el pasado sábado en ataques contra la comunidad cristiana. Este país africano, que cuenta con 60 millones de musulmanes y otros tantos de cristianos, ha sido escenario de enfrentamientos con decenas de muertes en los últimos cinco años.

La violencia se desencadenó en esta localidad del estado norteño de Borno, donde rige la sharia desde el año 2000, después de que la policía dispersara una protesta contra las viñetas del profeta Mahoma. Los manifestantes, entonces, quemaron iglesias, hoteles, tiendas y vehículos de los cristianos.

LLAMAMIENTO A LA CALMA La principal organización musulmana del país, el Consejo Supremo de Asuntos Islámicos, condenó estos ataques e indicó que "los no musulmanes de Nigeria no tienen nada que ver con las publicaciones" de caricaturas en Europa. El Gobierno federal también llamó ayer a la calma para evitar más disturbios callejeros y más muertos.

Tras el despliegue militar por las calles de la ciudad, la comunidad cristiana de Maiduguri pudo asistir a la misa del domingo sin problemas. "La ciudad está en calma y la normalidad regresa de forma gradual", según declaró un residente a la agencia de noticias Reuters.

Por otra parte, una protesta en el estado de Katsina contra el Gobierno causó el sábado un muerto, que en un principio se pensó que también había sido víctima de las protestas contra las caricaturas de Mahoma.