María Asunción Vitorica, herida grave el pasado lunes en el atentado que costó la vida a siete turistas españoles y dos acompañantes yemenís, empeoró ayer. "Ha tenido una compresión cerebral que le ha provocado una bradicardia desaceleración del ritmo cardiaco", declaró anoche el doctor Emad Chafai, médico jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Al Zaura, donde está ingresada la enferma.

Con respecto a si su estado de coma puede calificarse de "grave" o "leve", el médico yemení le quitó importancia a estos matices y señaló: "Está en coma desde el primer momento en que llegó, eso es lo importante".

El estado de salud de la mujer dio un giro preocupante. Horas antes el médico neurocirujano llegado desde España con los dos hermanos de la herida les comunicó que había una ligera mejoría y que su estado era de "coma leve", añadiendo que habría que esperar 72 horas desde la última intervención, es decir, hasta la noche del viernes, para poder pronunciarse.

Por la tarde, los hermanos de María Asunción la visitaron de nuevo y señalaron que permanecerán en Saná con su hermana hasta que mejore y pueda ser repatriada a España.

De entre los otros heridos, Júlia Vilaró, que sufre un politraumatismo grave, se encuentra clínicamente estable en el Hospital de la Vall d´Hebron, en Barcelona. Mientras, los médicos del Hospital militar Gómez Ulla, en Madrid, dieron el alta a la vizcaína Estíbaliz Díez del Río y autorizaron el traslado a Girona de Esteve Masó, aunque su estado sigue siendo grave. Begoña Larrabeiti y Eva María de Mena, dos heridas leves, llegaron el miércoles por la noche a Bilbao.

El funeral de Marta Borrell, la mujer de Esteve Masó, se celebrará hoy por la mañana en la iglesia de Santa Susana, en el barrio del Mercadal en Girona.

Mientras, ayer se celebraron los tres primeros funerales por las víctimas del atentado. Más de 200 personas asistieron en la localidad de Bocos de Duero (Valladolid) al entierro de María Isabel Arranz, la mujer que vivía en Barcelona con su marido, Gabriel Tortosa, que también murió en el ataque y cuyo funeral se celebró en Badalona.

Visiblemente afectados, los padres de María Isabel Arranz recibieron el apoyo de familiares, amigos y vecinos, algunos llegados de pueblos cercanos, que abarrotaron la iglesia parroquial en un acto al que asistió el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Cecilio Vadillo.

MAS FUNERALES Los restos mortales de Mikel Essery, uno de los guipuzcoanos fallecidos en el atentado, recibieron sepultura en el cementerio de Aia (Guipúzcoa) en una ceremonia íntima a la que acudieron familiares y amigos. El féretro fue conducido al cementerio por allegados y por uno de los hijos de la víctima, cuyo funeral se celebró en la iglesia de San Vicente de San Sebastián. Gabriel Tortosa, ingeniero de telecomunicaciones de 38 años, fue incinerado ayer en el tanatorio de Badalona tras una ceremonia donde la única presencia institucional se limitó a la alcaldesa de la localidad, Maite Arqué. Su esposa, María Isabel Arranz, de 38 años y profesora del colegio barcelonés Safa, también falleció en el atentado pero por deseo de su familia fue enterrada en Valladolid. La pareja, sin hijos, se había casado hacía tres años.

Los entierros y funerales del resto de víctimas del ataque continuarán celebrándose hoy. Los otros dos fallecidos catalanes, Antonio Pomes y María Teresa Pérez, seguían ayer por la mañana en Madrid.