El papa Ratzinger cambiará totalmente el gobierno central de la Iglesia católica, pero no inmediatamente ni todos los cargos al mismo tiempo. Salvo alguna sustitución urgente, como el designado para ocupar su puesto en el ministerio de la ortodoxia, la mayoría de los nombramientos ya se hará teniendo en cuenta las próximas reformas del gobierno. Cuando cambia un papa, los cambios en el Vaticano son tan drásticos como los de los gobiernos europeos cuando se turnan los presidentes.

El primer nombramiento será probablemente el del nuevo secretario de Estado, que es una especie de primer ministro del papa. Actualmente es Angelo Sodano, de 78 años y que ha manifestado en repetidas ocasiones sus deseos de acogerse a la jubilación obligatoria de los 75. El puesto podría ser ocupado por Giovanni Battista Re, actual ministro de todos los obispos, que ya había trabajado en la Secretaría de Estado, una estructura que funciona como un verdadero gobierno del papa. Está dividida por áreas correspondientes a cada parte del orbe y en ella trabajan 150 personas.

En el cónclave, Re no era un elector de Ratzinger, sino del candidato de los aperturistas, Dionigi Tettamanzi, pero dado que el Vaticano no funciona como la vida civil, eso no constituiría un problema, sino un equilibrio. Las únicas alternativas a Re son las de otros dos pesos pesados de la Curia: los ministros de Interior (sustituto de la Secretaría de Estado) y de Exteriores, Leonardo Sandri y Giovanni Lajolo, respectivamente.

La importancia del Sustituto consiste en que es el depositario del código secreto de comunicación entre el Vaticano y las nunciaturas y el gestor del Obolo de san Pedro, colecta mundial con la que una vez al año los católicos contribuyen a las obras de caridad de los papas: 66 millones de dólares en el 2003.

Pérdida de importancia

El ministerio de Exteriores podría ser replanteado de acuerdo con el pensamiento del nuevo papa. Benedicto XVI ha perfilado un gobierno basado en los aspectos religiosos del catolicismo. "Toynbe escribía que sólo las minorías son creativas; pues bien, nosotros debemos ser una minoría", había dicho Ratzinger. De aplicar esa filosofía, las embajadas vaticanas podrían perder importancia.

"Si sale elegido Ratzinger, doy por seguro que le sustituirá Christoph Schönborn", decía un monseñor a otro en vísperas del cónclave. El arzobispo de Viena, que fue alumno de Ratzinger, es considerado como el delfín natural del exprefecto para la Doctrina de la Fe (Santo Oficio). Pero, ello supondría que el grupo alemán ocupase tres cargos importantes y se rompiese así el equilibrio entre los poderes de la institución. Además del Papa, el alemán Walter Kasper dirige el ministerio para el diálogo con las otras religiones.

El único cargo que ya ha cambiado es el del secretario del Papa. El lugar de Stanislaw Dziwisz, lo ocupa ya Georg Gaenswein, sacerdote alemán de Friburgo. Las cuatro monjas polacas que residían en el apartamento de Juan Pablo II podrían ser sustituidas por monjas de una congregación benedictina de origen bávaro.