El secretario general de la ONU, Kofi Annan, anunció el viernes el envío dentro de unos días a Beirut de un equipo para que investigue el asesinato del exprimer ministro Rafic Hariri, del que la oposición libanesa acusa a Siria. La investigación, que estará dirigida por el comisario irlandés Peter Fitzgerald, intentará establecer "las circunstancias, las causas y las consecuencias" del atentado del pasado lunes, tal y como solicitó el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La creación de la comisión fue rechazada por el Gobierno prosirio del Líbano, que afronta la creciente presión de la oposición para que dimita. Así, las autoridades libanesas pedirán "explicaciones" a la ONU por el envío de esta delegación, cuyo trabajo será utilizado por Annan para redactar un informe, informa Efe. La familia del expresidente es, por contra, absolutamente favorable a la apertura de una investigación internacional, dado que cuestiona la imparcialidad del Gobierno de Beirut para poder esclarecer el atentado.

Del lado de la familia de Hariri se encuentra la oposición, que reclama, además, un Ejecutivo "de transición" para preparar las elecciones del mes de mayo. Ayer, las organizaciones estudiantiles llamaron a acudir a una manifestación que tendrá lugar mañana en el lugar del atentado para mostrar el apoyo popular a las peticiones opositoras, informa France Presse.

En este clima de enfrentamiento, el ministro de Interior, Suleimán Frangie, advirtió de que el Estado no permanecerá de brazos cruzados en caso de "disturbios públicos" bajo el pretexto de "un levantamiento por la independencia" de Siria. Por su parte, el movimiento shií Hizbulá, al que Israel acusa de ser el brazo ejecutor del asesinato del exprimer ministro, amenazó veladamente con "dejar que hable la calle" si la oposición se aferra a su decisión de protestar y rechazar el diálogo. La comunidad shií ha sido la menos numerosa en las protestas, a las que sí se han sumado los cristianos, los drusos y los sunís.

En el pulso entablado por las autoridades libanesas con la comunidad internacional se enmarcan las acusaciones de ayer contra el presidente francés, Jacques Chirac. El ministro de Defensa libanés, Abderrahim Mrad, culpó a Chirac de alentar a la oposición, que el viernes llamó a una "Intifada pacífica por la independencia". El Gobierno de Francia pidió, el primer día, una investigación internacional sobre la muerte de Hariri.