El primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, ha reaccionado al bloqueo de la elección de su candidato a presidente proponiendo una profunda reforma constitucional. Ayer, Erdogan apostó por la "elección popular" del presidente de la República, lo que pondría fin al actual método, que consiste en que el jefe del Estado es elegido por el Parlamento. Para ello, el jefe del Gobierno pidió que las elecciones legislativas y las presidenciales se celebren al mismo tiempo. Eso requiere una reforma constitucional en la que Erdogan pide reducir de siete a cinco años el mandato presidencial y de cinco a cuatro años las legislaturas.

De este modo, la formación de Erdogan, el Partido Justicia y Desarrollo (PJD), podría presentar como candidato a presidente a uno de sus miembros sin que aparecieran los impedimentos legales que están obstaculizando la elección como jefe del Estado del actual ministro de Exteriores, Abdulá Gul. Apoyado por su amplio electorado rural, el candidato de Erdogan tendría más posibilidades de ser elegido.

Durante una intervención ante su grupo parlamentario, Erdogan criticó la decisión del Tribunal Constitucional de anular la primera ronda de la elección presidencial y la calificó de "bala que perturba la democracia". El líder del PJD se mostró partidario del adelanto de las elecciones legislativas al 24 de junio. Sin embargo, horas después la Junta Electoral Suprema propuso la fecha del 22 de julio para la celebración de los comicios. La decisión la tomará el Parlamento.

El modo de convocar las elecciones anticipadas volvió a generar fuertes discrepancias en la arena política. Lo único en que todos parecen estar de acuerdo es en la necesidad del adelanto.

INTRANSIGENCIA LAICA La oposición laica del Partido Republicano del Pueblo (PRP) continuó con su intransigencia e instó al Gobierno a la disolución inmediata del Parlamento y a la convocatoria de elecciones anticipadas. Los representantes del PRP no acudieron a la Diputación Permanente del Parlamento.

A pesar de la lucha entre laicos e islamistas, esta no es la elección presidencial más complicada de la historia turca. En 1980, el Parlamento intentó elegir durante seis meses al siguiente presidente, en una elección a la que incluso se presentaron actores y cantantes. Tras 114 rondas, el 12 de septiembre el Ejército dio un golpe de estado.