El viernes, el mismo día en que en Luxemburgo se alcanzaba un acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos para transferir con facilidad datos de viajeros europeos a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Oficina Federal de Investigación (FBI), un informe dado a conocer en Washington daba alas a los críticos de los sistemas de seguridad puestos en marcha por la Administración de George Bush tras los atentados del 11 de septiembre del 2001. Según el texto de la Oficina de Supervisión del Gobierno, miles de personas han sido vinculadas por error a nombres que figuran en las listas de sospechosos de terrorismo.

"Las identificaciones erróneas pueden llevar a retrasos e intensivos interrogatorios y búsquedas, vuelos perdidos y entradas denegadas en la frontera --reza el informe--. Si se está dando alivio apropiado a los individuos afectados es aún un interrogante abierto". La respuesta no parece ser positiva y, de momento, solo ante la Administración de Seguridad del Transporte ya hay presentadas más de 30.000 reclamaciones exigiendo correcciones.

Fue en diciembre del 2003 cuando las diversas agencias involucradas en la lucha antiterrorista unificaron sus listas de sospechosos en la base de datos del Centro de Control de Terrorismo del FBI. Desde entonces hasta enero de este año decenas de miles de personas se han visto afectadas por los fallos, desde niños hasta el senador Edward Kennedy, que sufrió una leve demora al tratar de embarcar en un avión por figurar en el listado.

ENCARCELADO Y TORTURADO También resultó perjudicado Maher Arar, un informático canadiense que fue detenido en el aeropuerto JFK de Nueva York y transferido sin permiso judicial a Siria, donde fue encarcelado y torturado. Más tarde, se comprobó que Arar nunca debió ser incluido en las listas.

El informe de la Oficina de Supervisión del Gobierno no es el único revés para las políticas de seguridad de Washington. Un reportaje del programa de la CBS 60 minutos, que se emite esta noche en EEUU, deja en evidencia algunos problemas de esas listas. En ellas figura, por ejemplo, el encarcelado Sadam Husein y aún aparecen los nombres de 14 de los 19 terroristas suicidas que cometieron los atentados del 11-S. Sin embargo, en la relación nunca estuvieron los nombres de ninguno de los 11 británicos detenidos en agosto en Londres como sospechosos de intentar volar con explosivos líquidos aviones con destino a EEUU.

Aunque el reportaje de la CBS afirma que también en esas listas están incluidos el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el portavoz del Parlamento libanés, Nabih Berry, el FBI emitió un comunicado el viernes negándolo. No se aclara si los nombres estuvieron en las listas en el pasado y solo se puntualiza que las listas cambian cada día. A lo que las autoridades estadounidenses no han respondido es a las denuncias de que los polémicos listados incluyen nombres tan comunes en EEUU como Gary Smith, John Williams o Robert Johnson.

Todo este revuelo se produce tras las concesiones hechas por la Unión Europea a Estados Unidos, que permitirán a la CIA y al FBI hurgar en los datos personales de los pasajeros.