Moscú y Washington protagonizaron ayer un nuevo intercambio de golpes dialéctico a cuenta del conflicto entre Rusia y Georgia, acusándose mutuamente de seguir alimentándolo. El presidente ruso, Dmitri Medvedev, afirmó que EEUU "rearma" a Georgia "bajo el manto de la asistencia humanitaria". "Para llevar la ayuda han mandado toda una flota. Me pregunto cómo reaccionarían si hiciéramos eso en el Caribe por los huracanes", añadió.

La réplica del vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, no se hizo esperar. Desde Cernobbio (Italia), Cheney acusó al Kremlin de haber realizado "una invasión militar violenta, sin ninguna justificación, contra la democracia" en Georgia. "Las fuerzas rusas han fomentado un conflicto interno en el que han muerto civiles de una nación democrática y han provocado miles de refugiados", aseguró.

Mientras, la UE dio su apoyo unánime a la creación de una comisión de investigación internacional sobre las responsabilidades en el conflicto. Reunidos en Aviñón, los ministros de Exteriores perfilaron las próximas acciones en torno a la crisis.