Asolo un mes de las decisivas elecciones legislativas del 7 de noviembre, el apoyo de los votantes estadounidenses al Partido Republicano, en el poder, se retrae cada vez más, bajo el peso de la mala marcha de la guerra en Irak y escándalos como el protagonizado por los lascivos mensajes a menores de edad del caído congresista Mark Foley, según muestran varios sondeos. Ayer, el impacto de la bomba Foley siguió aumentando y llegó hasta el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert, quien desoyó las peticiones de dimisión formuladas por sus propios correligionarios, pero aceptó "la responsabilidad" por el escándalo.

"Estamos tratando de corregir este asunto", declaró Hastert, quien también recalcó que no se enteró de la naturaleza de los mensajes de Foley hasta el viernes. "Solo sé lo que he visto y oído en los medios", aseguró compungido, y destacó la decisión del liderazgo republicano de aclarar el escándalo, respaldando las investigaciones del Comité de Etica de la Cámara de Representantes, del FBI y del estado de Florida. "Debemos proteger a nuestros hijos y nosotros haremos todo lo que podamos para conseguirlo", afirmó.

CONTRA EL ENCUBRIMIENTO "Los niños, sus padres, el público y nuestros colegas se merecen conseguir respuestas y se debe responsabilizar a quienes encubrieron el comportamiento de Mark Foley", recalcó previamente la combativa líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

La oposición se ha lanzado al ataque mientras los republicanos y la Casa Blanca se baten a la defensiva ante este inoportuno escándalo que, por la conmoción que ha causado, puede dar al traste con la mayoría de la que los conservadores disfrutan en las dos cámaras del Congreso desde hace 12 años.

Un sondeo hecho público ayer por la organización Zogby señaló que los demócratas aventajan a los republicanos en 11 de las 15 circunscripciones electorales claves para las elecciones a la Cámara de Representantes y también avanzan en el Senado.

En la Cámara alta, los demócratas llevan ventaja en al menos tres escaños en disputa, verdaderos feudos conservadores, cuyo logro sería de vital importancia para obtener los seis que los separan de la mayoría. John Zogby, presidente del instituto que lleva su nombre, añadió que los demócratas "tendrán que realizar un gran esfuerzo para conseguir esos seis escaños" indispensables para derrotar a los republicanos.

Algunos factores jugarán fuertemente a su favor, empezando por la repulsión que ha provocado el caso Foley . Este congresista republicano de 52 años, que representaba a Florida, dimitió el viernes pasado al revelarse que llevaba años enviando lascivos mensajes por correo electrónico a jovencitos menores de edad que trabajaban en el Congreso. El malestar de los ciudadanos se disparó al conocerse después que los encargados de llamar al orden a Foley no actuaron con la debida firmeza. El escándalo ha calado ya en la sensibilidad de los ciudadanos, pues ayer un sondeo de AP/Ipsos puso de manifiesto que por cada votante republicano, otros dos ven a la oposición demócrata más capacitada para luchar contra la corrupción en el Congreso.

Esta demoledora convicción se refuerza con el escaso crédito que los estadounidenses dan al trabajo de su presidente, George Bush, pues solo 4 de cada 10 votantes aprueba su gestión en temas cruciales, según puso de manifiesto una encuesta de la cadena NBC. Por otra parte, Hastert, al desoír las peticiones de dimisión expresadas por sus correligionarios, ha convertido su negativa en un regalo para los demócratas y en hándicap para los candidatos republicanos a las elecciones legislativas.

MENSAJES ELECTRONICOS Ayer, el Comité de Etica de la Cámara de Representantes anunció el inicio de una investigación sobre el tema y, paralelamente, el Departamento de Justicia ordenó preservar toda la correspondencia electrónica de Mark Foley con los ayudantes menores de edad. Este tipo de órdenes suelen preceder a la emisión de citaciones judiciales para declarar u obtener documentos, de cara a una investigación criminal.