Escocia ha dicho ‘no’ a la independencia. Tras una larga noche electoral, a las 6.09 de esta mañana en Gran Bretaña (7.09 en España), se ha dado a conocer el resultado definitivo de un referendo histórico en el que los votantes contrarios a romper la unión con Inglaterra se han impuesto por 10 puntos a los independentistas. Con una diferencia de 400.000 votos, el resultado es del 55% de los votos para el no y el 45% para el sí, mientras que la participación se ha situado en niveles históricos: en el 84%, una movilización sin precedentes.

La seriedad se ha imponiendo en las caras de la campaña Yes Scotland a medida que los recuentos en las diferentes circunscripciones han ido afianzando el avance del no esta madrugada. Las televisiones han transmitido en directo las caras de satisfacción y los abrazos entre los votantes unionistas en cuanto se ha proclamado el resultado. Para esta misma mañana se espera la primera declaración del primer ministro británico, David Cameron, y también un comunicado de la reina.

La viceprimer ministra escocesa y número dos del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, ha sido de la primera en expresar su decepción con este resultado. También el primer ministro nacionalista, Alex Salmond, ha admitido la derrota en un tuit y ha felicitado a su a adversario de Better Together, Alistair Darling, por la victoria. Hace unos minutos, en su primera comparecencia, Salmond ha agradecido el 1.6000.000 votos que ha recibido la opción independentista y ha llamado a todos los escoceses a aceptar el “veredicto democrático” de las urnas.

Los resultados electorales, menos reñidos de lo que las encuestas habían aventurado, han confirmado sin embargo el mapa anunciado: las zonas rurales y las ricas han votado contra la independencia mientras que lo han hecho a favor las clases más populares de las ciudades. En Glasgow, la primera ciudad del país y bastión histórico de los laboristas, el sí ha logrado el mejor resultado del país, con seis puntos de ventaja sobre el no.

Edimburgo, la próspera capital económica y financiera del país, se ha volcado en cambio en masa por el sí, con el 61% de los sufragios. Y también la petrolera Aberdeen, con el 59% de los votos contrarios a la independencia. El ‘no’ ha cosechado igualmente muy buenos resultados en las zonas fronterizas a Inglaterra.

Clara división

Esta división tan clara confirma que la campaña Yes Scoltand ha aglutinado buena parte del voto del descontento de las clases populares, tradicionales votantes del Partido Laborista, que históricamente ha tenido en Escocia su gran granero. El voto de protesta ha votado contra establishment de Westminster.

La independencia no ha ganado pero las cosas están cambiando y moviéndose muy rápido. En Escocia, ya nada será lo mismo. Por lo pronto, a partir de hoy se deberá poner en marcha el engranaje para la transferencia de los nuevos poderes prometidos de forma conjunta por los tres grande partidos británicos.