José María Aznar librará a partir de hoy en Roma una de las batallas políticas más difíciles de su mandato. El presidente luchará a brazo partido para evitar la revisión del acuerdo de Niza, que hace menos de tres años modificó el reparto de poder en la UE y concedió a España y a Polonia un peso en el Consejo casi igual al de los cuatro grandes: Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Aliado con Polonia, Aznar no descarta utilizar el veto si al término de las negociaciones prospera la propuesta de la Convención o cualquier otra fórmula que considere lesiva para los intereses de España, según señaló un portavoz de la Moncloa.

Si se reabre Niza, Aznar intentará, como mal menor, atenuar la propuesta de la Convención para que los países grandes no ganen tanto peso y los países medianos queden con más margen para formar minorías de bloqueo.