El jefe de la lucha antiterrorista de Scotland Yard, Mark Rowley, confirmó ayer que se ha identificado como «un agente nervioso» la sustancia con la que fueron envenenados el exespía ruso, Serguéi Skripal, y su hija Yulia. Ambos fueron «específicamente» atacados de manera deliberada, señaló el mando policial.

El caso se ha transformado oficialmente en un intento de asesinato. Rowley también desveló que uno de los primeros policías que atendió a las dos víctimas se halla en el hospital en estado «grave».

Serguei y Yulia Skripal fueron hallados inconscientes en un banco en las proximidades de un centro comercial de esa ciudad del suroeste de Inglaterra, donde vivía desde hace años el antiguo doble agente. Ambos permanecen en estado crítico en cuidados intensivos.

La Policía hizo un llamamiento para hablar con todo el que estuviera en el centro de la ciudad la tarde del incidente. Los detectives tienen especial interés en interrogar a quienes estuvieron comiendo en la pizzería Zizi o bebiendo en el pub The Bishop’s Mill.

Ambos locales permanecen cerrados, al igual que un pasaje cercano. En la tarde del miércoles el centro de Salisbury volvió a llenarse de coches de la policía, de bomberos y ambulancias. Los servicios de emergencia se dirigieron a unas oficinas situadas justo al lado de la pizzería sellada por los investigadores. Una mujer fue conducida a una ambulancia por los agentes, pero la policía no ha especificado si el despliegue está relacionado con el caso del espía ruso. El Reino Unido advertió de que si se demuestra la complicidad del Kremlin en el envenenamiento la respuesta será «contundente». Todo apunta a la mano de Moscú, pero la ministra del Interior, Amber Rudd, dijo que «cecesitamos estar seguros de que la policía y otros servicios tienen el espacio suficiente para continuar con la investigación. Tenemos que mantener la cabeza fría y asegurarnos de que recopilamos todas las pruebas que podamos», señaló.