Los servicios secretos serbios (BIA) estuvieron dos meses siguiendo la pista de Radovan Karadzic. Agentes serbios se presentaban como pacientes al curandero después de sus conferencias sobre medicina alternativa para intentar identificarle. "Nos confundía el hecho de que el doctor Dabic estaba tranquilo, que no mostrara nerviosismo; aceptaba con normalidad ser filmado en las conferencias; se comunicaba relajadamente con la gente", dijo una fuente del BIA al diario austriaco Press.

Dos agentes del servicio secreto serbio se presentaron en casa del falso doctor Dabic como una pareja que tenía problemas de esterilidad y que consiguieron, al término de una sesión, robarle algunos cabellos al falso curandero que permitieron la identificación del ADN de Karadzic.

Otro rotativo, el serbio Vecernje Novosti, citando a fuentes próximas a la investigación, afirmó que la decisión de detener a Karadzic se tomó "después de que tres circunstancias de fuerza mayor coincidieran". La primera de ellas fue la entrada en funcionamiento del nuevo jefe de los servicios secretos, Sasa Vukadinovic, cercano al presidente proeuropeo Boris Tadic. La segunda es el hecho de que si se sabía descubierto, Karadzic pudiera huir. La última fue el arresto de Stojan Zupljanin, en junio pasado, que conllevó el total desmantelamiento de la red de personas que ayudaban a los fugitivos. Solo unas pocas personas estaban al corriente de la verdadera identidad del doctor Dabic: los dirigentes de los servicios secretos y el fiscal para los crímenes de guerra, Vladimir Vukcevic.

El ministro del Interior serbio, Ivica Dacic, dijo que se habían hallado copias de material del Estado mayor del Ejército serbobosnio en el piso donde vivía.

EXTRAORDINARIO PARECIDO Entretanto, la prensa serbia publicó ayer la foto del curandero Petar Glumac, de 78 años, que fue arrestado el año pasado en un viaje a Viena y que guarda un extraordinario parecido con el falso Dragan Dabic. La misma barba blanca, las mismas gafas, la misma apariencia. Glumac, que reside en Banatsko Novo Selo, a 40 kilómetros al noreste de Belgrado, fue interrogado en la capital austriaca por la policía en el 2008. "Cuando mostré mi pasaporte a la policía, los agentes comprendieron que no era más que un anciano que no tenía nada que ver con el asesino sobre el que investigaban", declaró Glumac, que sostiene que jamás se reunió con Karadzic y que no entiende por qué razón el acusado de genocidio tomó prestada su identidad.

El principal problema que se plantea ahora para las autoridades serbias es cómo extraditar a Karadzic sin llamar la atención ni provocar desórdenes públicos. Se baraja la idea de trasladarlo al Tribunal Penal Internacional de La Haya en un avión especial a deshoras para burlar la vigilancia de la prensa.