A pesar de la derrota que se le augura en la ONU, Estados Unidos insistió ayer en que la nueva resolución que patrocina junto a España y Gran Bretaña para autorizar la guerra contra Irak será sometida a votación por el Consejo de Seguridad "esta semana", según afirmó el portavoz presidencial, Ari Fleischer, quien también rechazó de plano posponer durante al menos un mes el ultimátum del 17 de marzo para el desarme de Sadam Husein, fijado en esa resolución. La propuesta de extender este plazo partió de los seis países indecisos del Consejo y, aunque Gran Bretaña se mostró dispuesta a extenderlo algunos días, clarificó que "no más allá de marzo".

"Hay espacio para la diplomacia, pero no mucho ni mucho tiempo", explicó Fleischer, al señalar que "esta semana llegará el momento en que los miembros del Consejo levanten la mano y se decidan" sobre la resolución que aprueba el ataque.

JUEVES O VIERNES

La votación podría tener lugar el jueves o el viernes, ya que el Consejo estaba ocupado ayer con una sesión abierta que debía continuar hoy, solicitada por el Movimiento de No Alineados, para expresar públicamente su mayoritaria oposición a la guerra.

Ante los vetos de Francia y Rusia, a los que podría sumarse China, la oposición declarada de Alemania y Siria, y la intención de Pakistán de abstenerse, las perspectivas de Washington de obtener lo que considerarían una victoria moral --es decir, nueve votos favorables para la resolución aunque se anule por los vetos-- son cada vez más difíciles. EEUU sólo cuenta con cuatro votos -el suyo más los de España, Gran Bretaña y Bulgaria--, y cinco siguen en el aire, los de México, Chile, Camerún, Guinea y Angola.

Esos países propusieron extender entre 30 y 45 días el ultimátum, que topó con el rechazo frontal de la Casa Blanca. Los británicos, sin embargo, se mostraron algo más receptivos porque su Gobierno necesita desesperadamente el permiso de la ONU a la guerra, dada la feroz oposición popular y parlamentaria al conflicto."Estamos dispuestos a revisar los calendarios", dijo el embajador británico en la ONU, sir Jeremy Greenstock, pero también advirtió de que el plazo no se ampliaría más allá de marzo, suficiente para que el jefe de los inspectores, Hans Blix, presente la semana próxima su nuevo informe sobre el desarme.

Washington dejó claro que está dispuesto a hacer la guerra contra Irak incluso sin Gran Bretaña, afirmó el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en vista del huracán parlamentario. "Si pueden participar, serán bienvenidos, pero si no pueden hay formas de darle la vuelta a las cosas, con lo que no estarían implicados" en una intervención.

En este ambiente de incertidumbre, José María Aznar prefiere no presentar el proyecto de resolución en el Consejo a menos que tenga garantizados los nueves votos positivos pese a los vetos, según señalaron fuentes oficiales. Al igual que Blair, el presidente español necesita mostrar a la opinión pública que una eventual guerra contra Irak cuenta con el apoyo mayoritario del máximo órgano de la ONU.

La ministra de Exteriores, Ana Palacio, se reunirá hoy en París con el francés Dominique de Villepin, que lidera el frente antibélico en la ONU. Este encuentro estaba previsto para ayer, pero una avería en el avión oficial obligó a posponer el viaje.

VUELO INTERRUMPIDO

La Misión de la ONU para el Control, Verificación e Inspección del desarme (Unmovic) admitió ayer que el vuelo de dos aviones espía U2 de EEUU no tripulados tuvo que ser interrumpido por "razones de seguridad", cuando cazas iraquís se dirigían a su encuentro. Los dos aparatos norteamericanos realizaban una misión de reconocimiento sobre Irak para la Unmovic, que manifestó su "sorpresa" ante el incidente.