Más de 150.000 personas abandonaron ayer sus hogares en las costas de Carolina del Norte (EEUU) para protegerse del huracán Isabel, que se acercaba a la zona con vientos de 180 kilómetros por hora. "Esperamos que se produzcan inundaciones, porque el nivel de las mareas puede aumentar hasta dos metros cuando el centro del huracán se aproxime a las costas", advirtió el Centro Nacional de Huracanes, mientras largas filas de vehículos salían de las zonas más cercanas a su recorrido.

La alerta por esta poderosa tormenta se extendía anoche desde South Santee River (Carolina del Sur) hasta Sandy Hook (Nueva Jersey), abarcando buena parte de la costa atlántica. Los gobernadores de Carolina del Norte y de Virginia, los más afectados por el peligro, declararon el estado de emergencia para poder movilizar a los equipos de ayuda y activar a la Guardia Nacional.